La capacidad de adaptarnos

Mario Jaramillo Paredes

Nada será igual que antes. Ni la forma de relacionarnos, ni la vida diaria. Trabajar, estudiar, vivir en comunidad tendrá – tiene ya- otras normas y prácticas. Convivir con el virus debe ser la gran tarea y eso supone cuidarse, vacunarse las veces que los especialistas digan que hay que hacerlo y  reactivar la economía y la  vida diaria. Es lo menos que podemos hacer si creemos que somos Homo sapiens y que podemos superar al virus en su capacidad de adaptación. Al fin y al cabo somos la especie viviente más exitosa, precisamente por la capacidad de adaptarnos a nuevas circunstancias y salir triunfantes.

Los especialistas coinciden que conocemos no más que una mínima parte sobre el  coronavirus. Que su mutación tiende a acelerarse y que aparecerán nuevas variantes. Algunas serán más contagiosas pero menos agresivas, dicen, pero también se darán casos de variantes más peligrosas. Señalan que el virus es supremamente inteligente y que “sabe”  que su supervivencia depende de la capacidad de mutar. La mayoría de dichos especialistas están además de acuerdo en que la respuesta más eficaz es la vacunación y  aprender a convivir con ese mal.

En el caso de nuestro país, el Gobierno ha hecho muy bien las cosas, con una exitosa campaña de vacunación. En países  en donde la ineficiencia y la  corrupción han ido de la mano en el pasado, la campaña de vacunación es una positiva excepción que muestra que sí pueden hacerse bien las  cosas cuando hay voluntad y decisión. Los médicos y el sistema de salud en general tienen un gran mérito al haber respondido con alta responsabilidad.

Queda entonces y hay que trabajar por una mejor respuesta de la ciudadanía. No podemos, no debemos bajar la guardia. No hay que cometer el mortal error de creer que lo peor ya pasó y que hemos vuelto a  una normalidad igual a la de antes. La nueva variante Ómicron ratifica que el peligro sigue. (O)