Tercera dosis

Caroline Avila

El anuncio que hizo el Presidente Lasso de disponer prontamente de la aplicación de la tercer dosis, o dosis de refuerzo, de la vacuna contra la COVID-19 se volvió un significante del alivio ante la preocupación por la llegada de la nueva variante. El Presidente acude así al recurso confiable del proceso de vacunación que ya fue exitoso para apuntalar, entre otras cosas, la imagen de su gobierno.

Con esto no estoy indicando que no se debía aplicar la tercera dosis, al contrario, felicito la decisión de cuidar a la población, aunque en el intento se haya postergado el retorno a las aulas de manera presencial de buena parte de los establecimientos educativos en el país.  Medida que no guarda un correlato con otras prácticas de la población para las que no hay mayores restricciones que un nuevo aforo.

Sin embargo, llama la atención la cadena nacional y el mensaje abrumador de la llegada de la nueva variedad, justo en los días que se dispone la publicación de la Reforma Tributaria en el Registro Oficial. Una Ley que fue aprobada (¿o no?) bajo fuertes críticas y cuyo contenido ha sido sujeto de comentarios y preocupaciones de expertos quienes advirtieron el efecto negativo en la clase media debido a los nuevos montos de retención

Tanto nos hicimos expertos en salud pública, teorías conspirativas sobre las vacunas y otros detalles, que poco se habló sobre la mencionada publicación.  Los distractores que maneja el gobierno le han sido útiles en estos seis meses y vemos que los vuelve a utilizar con resultados eficientes. En este caso, los detalles sobre la publicación de la Ley tributaria pasaron casi desapercibidos ante la aplicación generalizada de la tercera dosis. Bien jugado. (O)