Almudena Grandes y la geografía humana

Camila Corral Escudero

Hace algunos años, en una Navidad, una persona a quien quise mucho me regaló un libro de su biblioteca personal, Atlas de la geografía humana era el título de la obra escrita por Almudena Grandes, enorme escritora que falleció hace un par de semanas en su natal Madrid.

Cuando leí la novela, vivía a 9000 km de quien me la había regalado, pero con la lectura habíamos inaugurado una especie de complicidad y cercanía: intuía con qué párrafo se habría reído, hablábamos sobre qué personaje se parecía a alguna amiga que compartíamos y yo jugaba a buscar el mensaje oculto que hizo que fuera ese el libro que eligió para darme mientras me abstraía con la historia de las cuatro mujeres a quienes unió un proyecto editorial.

Su Atlas redujo la distancia entre dos que se extrañaban y pronto, al seguir leyéndola, entendí que lo de tender puentes con la geografía humana era un poder muy propio de Almudena. Su literatura nos acercó a los problemas del mundo y a los personajes menores que la historia oficial etiquetó como vencidos; sus columnas en diario El País nos arrimaron hacia el espacio de lo humano, lo justo y lo sensible.

Hoy he vuelto a esa primera lectura, ya sin afectos intermediarios, para encontrarme y celebrarla a ella, mujer lúcida, rojísima, entrañable y comprometida, cuyas palabras ya hacen falta. (O)