«Amarillo, azul y rojo», una película que retrata la migración en Ecuador

Cerca de un centenar de venezolanos regresa a su país desde Ecuador en un vuelo fletado por su Gobierno en el marco del plan "Vuelta a la Patria", que experimenta una reactivación pese a que en plena pandemia ha seguido vigente. EFE/Santiago Fernández

Amarillo, azul y rojo son los colores de las banderas de Ecuador, Venezuela y Colombia, pero también el nombre de la primera película ecuatoriana realizada por 60 jóvenes en situación de movilidad humana y comunidad de acogida, que entrelaza historias de migración, muchas de ellas contadas en primera persona.

Grabada en tres ciudades de Ecuador (Quito, Cuenca y Playas), la película es un ejemplo de la aplicación de la metodología participativa, inclusiva y horizontal del cine comunitario, y tiene como protagonistas a jóvenes de Ecuador, Venezuela y Colombia.

PELÍCULA EN PLENA PANDEMIA

De la mano de «Nómada cine comunitario» (un colectivo de jóvenes cineastas con más de una década de experiencia en el campo), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), emprendió en 2019 un proyecto piloto que arrojó su primer resultado: el cortometraje «Nómadas», de 16 minutos y grabado en Quito.

«Viendo la reacción de los jóvenes, la fortaleza del proyecto y el impacto que tuvo en muchos de ellos, decidimos agrandarlo» en plena pandemia, dijo a Efe Paula Vásquez, encargada de comunicación de OIM en Ecuador.

Durante más de tres meses y medio, los jóvenes recibieron clases virtuales de producción, guion, fotografía, lenguaje cinematográfico para pasar luego a talleres prácticos con los equipos «con todas las medidas de seguridad y en espacios abiertos» para evitar el contagio de covid-19.

El guion de la película se inspiró en las historias de los involucrados, generando una reflexión sobre la movilidad humana.

Se trata de tres historias que se unen por un hilo narrativo, tres colores, en tres zonas diferentes del Ecuador, fusionando entre documental y ficción, donde muchas veces los jóvenes se interpretan a sí mismos en el viaje.

El segmento «Azul» -explicó Vásquez- habla sobre un joven que llega a Quito absolutamente solo y revela la manera en que se enfrenta a su nueva realidad, en tanto que «Rojo» toca el tema de la violencia de género y narra la historia de una mujer que se escapa de su pareja porque era violentada y comienza una nueva vida en Cuenca, donde encuentra todo un proceso de apoyo para «comenzar una vida de cero».

«Amarillo» cuenta una historia de amor de adolescentes, «que es válida contar porque la adolescencia es muy frágil y es un despertar», anotó la representante de la OIM, al indicar que las tres historias se entrelazan de una forma muy sutil: un personaje aparece en una, luego se convierte en el personaje principal de la siguiente…

El rodaje tuvo lugar entre junio y julio para pasar después a la posproducción en un trabajo colaborativo para terminar la película, en la que se invirtieron 60.000 dólares, la mayor parte proveniente de la OIM.

«Nómadas» ve al cine como una herramienta que contribuye a la socialización de temas que conciernen a la ciudadanía en general y su película será el broche de oro del Festival Internacional de Cine sobre Migración, que se inauguró el viernes.

DIFERENTES MIRADAS DE LA MIGRACIÓN

En el Festival Internacional de Cine sobre Migración se proyectarán una quincena de películas de diferentes países y se desarrollará hasta el próximo 18 de diciembre, en el marco de la conmemoración del Día Internacional del Migrante, que se celebra el próximo viernes.

Busca acercar al público ecuatoriano los retos y situaciones que afrontan las personas que emigran desde diferentes ángulos.

Inaugurado el viernes en el cine Ochoymedio de Quito, el Festival se extenderá a las ciudades y localidades de Tulcán, Cotacachi y Lago Agrio, donde se realizarán proyecciones al aire libre, mientras que en Guayaquil, Cuenca, Huaquillas, Manta, Esmeraldas, Azogues y Machala serán en salas cinematográficas.

En total se proyectarán 15 películas, entre cortometrajes y largometrajes, que abordan la migración desde diversos puntos de vista, gracias también a producciones provenientes, además, de Colombia, Chile y España

La OIM busca que los filmes se conviertan en «herramientas educativas que puedan influenciar las percepciones y las actitudes hacia los migrantes, llevando el foco de atención hacia las cuestiones sociales y creando espacios para nutrir debates e interacciones basados en un respeto mutuo».

En paralelo, se espera que el evento sirva de plataforma de discusión sobre la migración a través del relato, y una llamada de atención al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU en relación a este tema. EFE