Cuenca tiene su aporte en la historia del pasillo, nuevo Patrimonio Inmaterial de la humanidad

En Cuenca hay un espacio dedicado al legado de Francisco Paredes Herrera, fundado por Ana Paredes. Xavier Caivinagua/El Mercurio

Muchos estaban expectantes a que, en estos días de diciembre, la UNESCO empezara a deliberar sobre los nuevos elementos que formarán parte de la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, sobre todo Ecuador, que inscribió al pasillo para que sea considerado dentro de la declaratoria.

Sin embargo, para sorpresa de quienes esperaban la deliberación, ayer, en las primeras horas, empezó la décimo sexta reunión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial para examinar las inscripciones de los distintos países.

Y, entonces, alrededor de las nueve de la mañana se conoció la primera nueva inscripción en la lista de salvaguardia urgente del patrimonio inmaterial: la construcción artesanal de piraguas y arte tradicional de la navegación en las Islas Carolinas, en Micronesia.

Con la noticia, varias instituciones relacionadas con la cultura del Ecuador se activaron porque había una gran expectativa de que, por fin, el pasillo sea reconocido por parte de la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

A la primera inscripción, conforme pasaban las horas, se fueron sumando otras, como las piraguas, la caligrafía árabe y los barcos nórdicos, y ya cerca del mediodía, el Comité analizó las candidaturas de los países de América Latina.

A la lista del patrimonio inmaterial se sumó Bolivia, con la Fiesta Grande Tarija, y Venezuela, con su ciclo festivo alrededor de la veneración y culto de San Juan Bautista.

Por último, cuando parecía que el Comité ya no se iba a pronunciar, decidió incluir al pasillo del Ecuador en su lista.

La decisión generó una serie de reacciones positivas porque, además de que el género musical insigne del Ecuador es y será todavía más reconocido en el mundo, pertenecer a la lista les da la potestad a los países en desarrollo para que soliciten asistencia económica al Fondo del Patrimonio Cultural Inmaterial.

Cuenca en la historia del pasillo

Cuenca es una de las mecas del pasillo ecuatoriano. Solo con adentrarse a un poco de la historia de este género musical en la ciudad se puede encontrar a, por lo menos, una veintena de cantautores y escritores, guitarristas, requintos que, en ocasiones, han sido eclipsados por el considerado rey del pasillo ecuatoriano: Francisco Paredes Herrera.

Y hay razón: Paredes Herrera ha sido uno de los personajes cuencanos al que no se le discute el legado que dejó en la música del Ecuador a través de su talento.  

“Francisco fue uno de los que indujo el desarrollo del pasillo canción en el Ecuador. Aquí se desarrolló el pasillo del salón, el pasillo con pequeñas orquestas y luego llegó el pasillo con guitarras que llegó a toda la sociedad. Francisco fue un pilar fundamental”, opinó Jannet Alvarado.

Alvarado, quien es pianista y musicóloga, ha ahondado en la historia del pasillo en Cuenca a través de una serie de investigaciones. Por esa misma razón es que, para ella, la inclusión del pasillo en la lista del Patrimonio Inmaterial tiene un gran significado.

“Yo creo que este es el momento en que el Ecuador tiene que conocer el pasillo, que tiene que valorarlo. El Estado, el Ministerio de Cultura y Educación deben fomentar la enseñanza porque tenemos una variedad pasillos. El Ecuador tiene mucho que ofrecer pero debemos nosotros ser los primeros que tenemos que conocer”, agregó Alvarado.  

Un espacio para el pasillo

Otra de las personas que ha estado detrás de la historia del pasillo es Ana Paredes Roldán, una pianista que desde hace casi cincuenta años le sigue la pista a Francisco Paredes Herrera, a tal punto que la investigadora le dedicó un espacio a la memoria del compositor cuencano.

A través de unos fondos concursables, Ana levantó una especie de museo que alberga la historia de Paredes Herrera, a quien, y a otros artistas de la ciudad y del país, también va dedicada la inclusión del pasillo en la lista de la UNESCO.  

“Es un honor que nuestro género musical por excelencia como patrimonio de la humanidad. Es un honor a la trayectoria de grandes compositores que han hecho obras de arte, porque el pasillo es un poema musicalizado”, dijo Paredes a diario El Mercurio.

Para la pianista también es el tiempo de que, con la designación de la UNESCO, haya políticas públicas para que, sobre todo el público joven, conozca que el Ecuador tiene su propia música que ya no solo es patrimonio del país, sino del mundo. (AWM)-(I)