La vialidad

Luis Estuardo Ochoa Maldonado

Se llega a expresar que malandrines a propósito agravan al derrumbe de magnitudes en el kilómetro 49 y son culpables, de la vía Molleturo-Naranjal cerrada al tráfico, entre Guayas y Azuay. Mientras la vía alterna de obligado uso, la Biblian-Zhud-Cochancay en malas condiciones, que se nota más en épocas de lluvias, como la presente, que sabemos muestra una densa neblina con una señalización precaria, los arreglos se van deteriorando y algo que sorprende por la inacción de autoridades el parqueo de carros a sus costados sin señalización, con serio peligro para sufrir accidentes de tránsito. Que podemos esperar si en la misma ciudad de Azogues se ven apostados camiones, sin ninguna indicación en la vía rápida que la cruza, sin que nadie responda por aquello.

Qué pena, pero cuanto se pierde por las decisiones equivocadas y discriminatorias al austro ecuatoriano, de los poderes de turno, que resulta una penalidad para propios y extraños el visitarnos, con pérdidas para el desarrollo en turismo, sobre todo, que provoca que muchos connacionales y extranjeros que saben de la belleza de las ciudades sureñas y sus parajes naturales y arqueológicos, miran para otro lado, ante la vialidad destrozada en relación con las provincias costaneras y del norte, si referimos por ejemplo la vía que  conduce a las ruinas de Ingapirca  y la que lleva al conglomerado de lagunas del cajas, en pésimas condiciones. Sitios que seguro con un manejo técnico y buena movilidad deberían ser de obligatoria visita para turistas interesados en recrearse.

Nos queda, despertar del letargo de quienes radicamos en estas provincias para sumar una queja racional que llegue a los oídos de las autoridades, que permita la movilidad de recursos para sus arreglos y porque no emprender en soluciones distintas, como se anuncian en campaña electoral, cuando se vuelven creativos en sus ofertas, que enganchan a los votantes, como la de hacer túnel en los tramos conflictuados de la vía Cuenca Molleturo. Ya veremos el año que viene en la lid para renovar autoridades locales, como se multiplican los ofrecimientos y la candorosa anuencia de los electores. ¿Hasta cuándo? (O)