Zaruma se hunde

Luis Muñoz Muñoz

Luis Muñoz

Zaruma declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad, ha venido soportando a lo largo de éstos últimos años, cuatro socavones en el período comprendido desde el   2016 a la fecha. Para las jóvenes generaciones, vale recordar que Zaruma, se viene hundiendo desde hace muchísimos años atrás, como producto de una minería ilegal, que perfora las entrañas de la tierra desde   el año 1500 incluyendo el periodo incaico. Los socavones son muy antiguos, en el año 2016, como consecuencia de un socavón se destruyó la escuela «la inmaculada fe y alegría». Desde 1950 y por un espacio de 15 años, los norteamericanos explotaron el suelo donde se levanta la señorial Zaruma. Con la minería, aparentemente se había iniciado una época de progreso, porque mejoraron las fuentes de empleo, empero, no se dieron cuenta de las consecuencias a futuro, aquel bienestar efímero, se convirtió en zozobra y preocupación. En el año 2016, con el primer socavón que repercutió en el año 2017, fue el aviso de «una muerte anunciada”, para entonces el ex presidente Lenín Moreno, decreto el estado excepción por el grave peligro que se cernía en la zona. En aquel año se registraron tres socavones más en la misma zona, que desató alertas. Para entonces el Gobierno determinó que 823 hectáreas, son zona de exclusión minera, pero luego la redujo a 177 hectáreas, posteriormente se amplió a 214 y luego de ocho días la volvió a fijar en 177, estas decisiones han alentado el fomento de la explotación minera legal e ilegal. En la actualidad tras el hundimiento de  una edificio de tres plantas y otros,  en pleno centro urbano, nos da la idea  de  que las autoridades encargadas de vigilar  e inspeccionar  las explotaciones mineras, lo hacen  desde sus escritorios y nunca  «In Situ», basándose en informes superficiales, acomodados y falsos, por lo que el grado de culpa y responsabilidad se extiende también a aquellos ineptos que «enquistados» en el «Gobierno del encuentro» son buenos para nada, excepto de fungir de lambones. Igual cosa debemos decir del prepotente Gobernador de el Oro Francisco Vera, de tristemente célebre recordación, quien, con aires de grandeza, gritó y mancilló a periodistas y ciudadanos comunes, que reclamaban con justa razón por la tragedia y el brabucón mandó a callar, por lo que inmediatamente fue destituido, de su investidura que no le corresponde. El Presidente Guillermo Lasso, llegó al lugar de los hechos, para constatar personalmente la dimensión del peligro que afecta a la bella y amada Zaruma. Desde estas columnas nuestra solidaridad, para con todas las víctimas y la ciudadanía Zarumeña en general y exigimos del Gobierno actual con respeto, pero con firmeza, atención oportuna para encontrar una solución técnica a   tan agudo problema, que ha sido intocado desde hace siglos, para no permitir que Zaruma sea una Ciudad fantasma, sino progresista, pujante, trabajadora y moderna, porque no merece ser la cenicienta de la Patria. (O)