4 asuntos vitales que debemos recordar sobre la mascarilla

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La pandemia del coronavirus está vigente y aún convive con la humanidad como hace dos años, cuando irrumpió en el mundo de manera inesperada.

Cuando parecía que con la vacunación masiva por fin habría una tregua y las cosas de a poco volverían a ser como antes, la comunidad científica advirtió que el covid muta de manera impredecible, veloz, por lo que cada cierto tiempo asoma una variante diferente a la anterior que vuelve a provocar contagios incluso en la gente vacunada o que ya se infectó.

La aparición de las variantes delta y recientemente la ómicron, ésta mucho más contagiosa aunque menos letal, ha causado repuntes de casos en Europa, Estados Unidos y en países de América Latina como Ecuador.

Por ello los expertos exhortan a la ciudadanía a no caer en esa falsa sensación de seguridad y a retomar los cuidados con la misma rigurosidad con que se hacía cuando la pandemia empezó.

A juicio de Bernardo Vega, exdecano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cuenca y experto en el tema, la vacunación causó una “falsa seguridad” y ante la llegada de las variantes delta y ómicron es necesario reflexionar respecto a que el peligro continúa.

Por ello recomienda retomar de forma responsable las tres medidas de bioseguridad fundamentales en este contexto: el lavado de manos, el distanciamiento y el uso de mascarilla.

Pero, abundando en uno de ellos, ¿qué detalles es preciso recordar sobre lo que se debe hacer y no hacer con respecto a la mascarilla?

Aquí, una serie de consejos y recomendaciones de parte de un experto en la materia, Bernardo Vega.

1- Usar doble mascarilla

El uso de doble mascarilla es uno de los métodos más importantes y eficaces para reducir las probabilidades de contagiarse con alguna de las variantes del coronavirus, sobre todo con las que hoy en día están vigentes, la delta y la ómicron.

Dado que el virus ingresa por la nariz y la boca y habita y se mueve particularmente en espacios cerrados, lo ideal es usar doble mascarilla, sobre todo si resulta inexorable movilizarse en bus urbano o interprovincial o participar de alguna reunión donde la ventilación es escasa.

Bernardo Vega refiere que el Centro de Control de Enfermedades Infecciosas (CDC) de Atlanta, Estados Unidos, ha demostrado que el uso de doble mascarilla es bastante eficaz. Aquello significa ponerse primero una KN95 y por fuera una mascarilla quirúrgica.

Con ello se blinda la boca, la nariz y las inmediaciones de estas partes de la cara por donde se filtra el virus, evitando contagiar o ser contagiados.

2- El uso correcto

Para que la mascarilla cumpla su función es determinante ser conscientes de la importancia de usarla correctamente y no despistarse ni descuidarse en ningún momento.

Esencialmente hay que ponérsela de manera que cubra todos los orificios de entrada, la boca y la nariz, y quede ajustada al mentón con solidez de modo que no quede ningún espacio libre que pueda propiciar un contagio luego de haber conversado de cerca con una persona contagiada.

El experto repara en ello dado que es común ver a ciudadanos descuidados y ligeros, sin plena conciencia de sí mismos, con la mascarilla mal puesta, desajustada, cubriendo solo la boca y dejando la nariz al descubierto, un tremendo foco de contagio más aún en el transporte público como el bus y espacios sin ventilación.

Es vital estar pendientes, en todo momento, de que la mascarilla cubra toda la cara.

3- La calidad y tiempo de uso

Las mascarillas más efectivas son las que usan los médicos en las casas de salud: las KN95 y las quirúrgicas. Su material es resistente y sólido y al ceñirlas a la cara evitan que espacios pequeños permitan filtraciones y en efecto el virus entre por la boca o la nariz.

Según Vega, la mascarilla quirúrgica tiene doble capa de protección, lo que blinda la nariz y la boca, además de que es más ligera de llevar, facilita la respiración y es adecuada para espacios abiertos y cerrados.

Ambas tienen un tiempo de vida útil de 40 horas, tiempo tras el cual es preciso echarlas a la basura y comprar una nueva. Y dos en el caso de se opte por la mejor alternativa: usar doble mascarilla.

Las mascarilla de tela, entretanto, protegen en menor medida, enfatiza el experto, y tienen una vida útil de entre 36 y 40 horas. Luego de ello se recomienda lavarlas y desinfectarlas bien.

4- No tocarse

Otra forma de actuar consciente y responsablemente en relación a su uso es no tocar con las manos la superficie externa de la mascarilla, menos aún si nos encontramos en un ambiente potencialmente contagiado de covid, remarca Bernardo Vega.

Eso es algo peligroso, pues existe la posibilidad de que las mismas manos que tocaron esa zona impregnada de virus vayan luego a la boca y nariz y consecuentemente el covid ingrese al organismo. Se trata de tener cuidado, mucho cuidado, y estar conscientes de sí mismos, de cómo manejamos las manos en situaciones de potencial riesgo.

Luego de salir de un espacio cerrado o que suponga un potencial foco de contagio, al llegar a casa es preciso sacarse la mascarilla, dejarla en un lugar ventilado y lavarse bien las manos.

Los espacios cerrados donde ha estado o hay gente son caldo de cultivo para el contagio, como el bus, un bar, restaurante o discoteca sin ventilación. En ese sentido lo sensato es llevar doble mascarilla y sin haberlas usado más de 40 horas.

En la calle o espacios abiertos hay menor riesgo de contagio, aunque no es imposible que suceda, por lo que también es necesario seguir usándola al aire libre. Existe la posibilidad real de que por alguna circunstancia propia de la vida cotidiana las gotitas desprendidas de la tos o el estornudo de una persona infectada lleguen al rostro de alguien sin mascarilla, lo que provocaría un contagio.