Cuerda Floja

Andrés F. Ugalde Vázquez @andresugaldev >

“Estoy desvariando, por favor quemen todo lo que escribo”. La frase, brutal, aparece sobre una pared abandonada en la vieja ciudad, mientras las luciérnagas de neón que iluminan las calles van dando paso a un alba gris metálico sobre las montañas. Detuve el coche para contemplarla, intentando aprisionar ese destello de angustia. Intentando imaginar ese instante de fuga y cataclismo. Y lo hago, además, con el corazón apretado por estas fechas de abrazos y guirnaldas, cuando la sociedad muestra su lado más luminoso y también su faceta más oscura. Días ambiguos, en los que las entrañas de las grandes ciudades comienzan a toser señales que serán captadas por los poetas del spray y las aceras. ¿Qué pasará hoy con los que se queden solos? Los desesperados. Los desorientados entre la cruda realidad de lo que es y el anhelo de lo que debería ser.

Lo comprendo bien y suscribo: este artículo también debe ser quemado. ¿Porque qué es el ejercicio de escribir sino esto? Un minuto de cuerda floja que logramos asir con palabras. Un deambular entre calles, puentes y plazas. Entre abismos y desiertos mientras dejamos que la utopía nos libere, nos de una nueva frase. Un indicio. El comienzo de una historia que habrá de desnudarse con palabras. El susurro del viento del páramo que nos dice: “la cacería no ha terminado… la pluma debe continuar”.

La ciudad late y se arquea bajo mis pies. El fin del año se acerca y urge la reflexión definitiva. La noche aguarda silenciosa el inicio del ritual. El teclado y la página en blanco. Un momento cruel de amnesia y abandono. Y luego la estampida, la huida del invernadero. La aventura interminable en la que, la sociedad y sus contradicciones, son un simple pretexto. Hoy el mundo se cerrará como una caracola en torno al calor del hogar y el abrazo del amigo. Dejará por fuera a los hijos de la soledad. A las víctimas del naufragio que habrán de asumir su propio vacío. Pero no, hoy no queremos pensar en eso. Hoy no es un día apropiado para tan oscuras reflexiones. Mañana. Tal vez mañana.

“Por favor, quemen todo lo que escribo…” (O)