Los «cañonazos» que hacen bailar en el fin de año

Oswaldo Morocho, un DJ de la vieja escuela, cree que las canciones de fin de año son para cerrar ciclos. Xavier Caivinagua/El Mercurio

Es 31 de diciembre, y además de ver a los monigotes en cada esquina, hay algo que se repite en el último día del año: la música. La nostalgia, la alegría, el adiós o el recibimiento de lo nuevo se notan en las letras cantadas que suenan a través de los parlantes de los hogares cuencanos.

Sin música y sin los viejos no hay fin de año, suele decirse entre los mayores, entre quienes, una vez que están de pie, van hacia su reproductor de sonido para dar inicio a la víspera de lo nuevo. Ya sea a través de un disco o de un LP o de un servicio de streaming o de YouTube, la música empieza a resonar dentro de las casas, fuera de ellas, en los vehículos, en los barrios y sus canchas, en las esquinas.

La música es una parte fundamental para que las últimas horas de un año se desarrollen como debe ser. “Hay nostalgia, aunque la música sea alegre. Se recuerda al pasado, se despide de un año, se cierran ciclos. Se ponen boleros, cumbias, se ponen a los Locos del Ritmo. La música del fin de año tiene su particularidad”, dice Oswaldo Morocho, un DJ cuencano de la vieja escuela.

En Cuenca, en muy pocos locales se encuentran los discos con los playlist para despedir el año. Xavier Caivinagua/El Mercurio

Tan es así, que en fin de año se necesita de la música, que hace muchos años ya surgieron los playlist en los discos compactos. Los “cañonazos”, los remixes bailables, las cumbias, las parrandas, en fin, un sinnúmero de nombres que atraigan a los compradores.


Sin embargo, antes de los CD estaban los vinilos que eran de uso exclusivo en fin de año. La gente se volcaba a las tiendas de música a buscar qué escuchar y qué bailar mientras avanza el último día de los 12 meses.

“Desde hace mucho tiempo la gente busca la música bailable para fin de año. Cumbia, merengue, un poco de rock and roll. Antes había cualquier cantidad de vinilos. A finales de noviembre ya salían los discos y se iba hasta finales de diciembre”, recuerda Fabián Jara, copropietario del Círculo Musical. Pero, cuando el disco compacto fue ganando terreno, llegaron nuevas opciones, nuevas mezclas y nuevas compilaciones que se escuchaban hasta hace una década en los equipos de sonido.


Desaparecen

En el Circulo Musical todavía se pueden encontrar los vinilos bailables que eran buscados en antaño. Xavier Caivinagua/El Mercurio

En menos de un lustro, docenas de locales en donde se comercializaban los llamados “discos piratas” han desaparecido. Basta con recorrer los alrededores del mercado 9 de Octubre, que era considerado como una de las mecas de los discos compactos, para darse cuenta del panorama.

En cada cuadra había por lo menos un espacio de comercialización de música de todo tipo, y entre estas estaba la del fin de año. Pero hoy son casi nulos esos lugares. “Para estas fechas yo debía estar súper ocupado, vendiendo los discos de fin de año, pero véame, estoy jugando con el celular”, dice Leonardo Suquitana, quien hace 15 años fundó un almacén de música y películas en discos compactos.

Leonardo recuerda que solía tener hasta 30 diferentes compilados de música de fin de año que se vendían como el pan recién hecho. Pero con la llegada de la tecnología, de las plataformas virtuales y del internet, las personas optaron por ellos y dejaron a un lado los discos.

Aun así, sin perder el ánimo, Leonardo sí grabo un playlist compuesto por mixes de cumbia, reguetón, boleros, rock, entre otros géneros para que el público interesado los adquiera. “Sí se vende, pero poquito. Y eso que ya en esos discos viene hasta la música mezclada. La gente prefiere el internet”, agrega Leonardo. Porque es fácil, porque no tiene costo, porque se encuentran canciones que no suelen estar en los discos, las personas que se aprestan a celebrar el fin de año prefieren buscar en internet.

Basta solo con escribir cuatro frases en los buscadores para que se presenten una infinidad de resultados. Sea como fuere, ya sea a través del internet, de los servicios de streaming, de las emisoras, de los discos compactos y vinilos, la música para el fin de año perdura porque es el medio para canalizar los buenos augurios de lo que se espera que vendrá a partir del 1 de enero. (I)