Si bien con las excepciones de rigor, siempre se supo de manejos y trámites irregulares en la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) desde su creación misma, años atrás con otro nombre.
La actual administración acaba de dar un duro golpe a las mafias enquistadas en esta institución pública, encargada de regular la transportación en el país.
Mientras los ecuatorianos estaban en confinamiento obligatorio a causa de la pandemia por la COVID-19, en la ANT se configuraba el festín de rutas y frecuencias a favor de 64 empresas de transporte de pasajeros.
Concretamente, entre marzo de 2020 y mayo de 2021 se habrían emitido 72 resoluciones por parte del Directorio de la ANT, asignando 302 rutas y 1.632 frecuencias.
No hay el Plan Nacional de Rutas y Frecuencias, recién en proceso de elaboración, sin el cual era imposible extender tales permisos.
La pertinencia del cuestionado incremento tampoco se sustenta en un registro de informes jurídicos. Además, se estandarizaron los trámites, pues las respuestas a las distintas solicitudes eran todas iguales.
Así lo determina un informe elaborado para conocimiento del actual Directorio. Y por ello la tácita resolución: dar de baja las rutas y frecuencias irregulares.
Las empresas de transporte beneficiarias de esos procedimientos corruptos ya son notificadas. La dirección de la ANT pide intervenir a Contraloría y Fiscalía para las investigaciones de rigor y dar con los autores y cómplices.
El “festín” de rutas y frecuencias da lugar a la llamada “guerra por el centavo”. Es decir, la competencia desleal entre empresas por conseguir pasajeros, cuyas unidades salen desde las terminales terrestres con pocos minutos de diferencia y hacia el mismo destino.
Esto, a su vez, deriva en potenciales accidentes de tránsito. En los últimos meses han ocurrido algunos, con la pérdida de muchas vidas humanas.
Bien por la decisión de acabar con un foco de corrupción en la ANT. Dirigentes de los gremios del transporte la respaldan y confirman las irregularidades. Igual, bien por ellos.
