2022

Al comenzar 2022, los buenos deseos por un próspero año permiten recibirlo con optimismo y alegría, aún medio de complicadas circunstancias.

En el plano individual y del entorno familiar tales deseos adquieren otras dimensiones. Si bien el transcurrir del tiempo siempre es el mismo, al iniciar un nuevo año hay espacio para tener esperanza, fe; para creer en nosotros mismo, en la fuerza del amor, en el de la solidaridad; en de la paz; en el provecho del trabajo honrado, del esfuerzo dado, aun del sacrificio. En fin, de todo cuanto podamos dar y sentir en tanto en cuanto seres humanos.

Sin duda, los mayores deseos se relacionan con la pandemia. Sus constantes mutaciones tienen en vilo a la humanidad, cuando no al borde de la paranoia por las restricciones.

Todos queremos su final, no solo para recuperar las relaciones afectivas, para reencontrarnos con los nuestros; también para completar la reactivación económica, aún con altibajos; para conseguir oportunidades de trabajo, sin el cual el sustento familiar o personal linda con la utopía o el desasosiego.

Sí, aquel fue el deseo mayor. Pero ese ansiado final depende del comportamiento individual y colectivo.

Como país, los retos son mayores en este 2022. Los del gobierno: restablecer la economía, no solo pensando en cuadrar las cifras macroeconómicas, sino, sobre todo, en los amplios sectores sociales afectados por el desempleo, el poco acceso a la salud pública, por la falta de medicinas.

Acosado por deudas, entre ellas al Seguro Social, a los jubilados; por las múltiples necesidades colectivas; por los golpes de la naturaleza; por una oposición política poco propositiva; por la fuerza aniquiladora del narcotráfico, el gobierno tiene una misión durísima, desafiante si en verdad quiere pasar a la historia.

Ojalá en 2022 la paz social se imponga, producto del diálogo, de entender en toda su dimensión la realidad del país. Eso no implica renunciar a la crítica, a la oposición democrática, incluso a la protesta, pero sin caer en el vandalismo.

El 2022 debe ser el año del entendimiento. Lo deseamos de corazón.