Uno de los más grandes engaños de Lenín Moreno al país fue el de austeridad en las finanzas públicas, que reduciría el enorme e irresponsable incremento de burocracia que facilitó conseguir cada vez más “apoyadores y esbirros” de la inepta gestión. Instituciones como el IESS llegaron a más de duplicar el personal durante los gobiernos del correa-morenato. Muchos jefes cobraban diezmos con el pretexto de “aportes al Movimiento”, tanto para AP como para AVANZA, fracasado movimiento ideado por Ramiro González en su delirante propósito de llegar a ser Presidente de la República
Las remuneraciones en el sector público seguirán siendo superiores al 10 % del Presupuesto. Sería de esperar que, por el bien del país, se reduzca ese gasto, cosa que evidentemente Moreno fue incapaz de hacer –incapacidad para casi todo, en verdad-. Prefirió incumplir su promesa a causa de la extrema debilidad de su gobierno.
Se presenta como algo muy probable que el gobierno actual, del Presidente Lasso, tampoco vaya a tener ni el más mínimo empeño en reducir el monstruoso gasto en la burocracia estatal. Esto por razones de tipo político y electoralista, evidentemente.
Otra medida de austeridad sería vender el gran número de empresas improductivas a cargo del Estado. En los nefastos años del correato se incorporó una serie de aquellas al Estado y todas fueron una tremenda carga para el erario nacional: canales de televisión y radio, periódicos y revistas, un banco –quizá lo único rescatable pues funciona bien en la actualidad-, una compañía de aviación, TAME, que debió ser liquidada después de haber registrado pérdidas enormes, etc.
En el régimen anterior se llegó al absurdo de crear la “Empresa de Empresas Públicas”, muy grande ente burocrático, dizque para manejar la gran cantidad empresas creadas durante los catorce años de despilfarro e ineptitud.
Es conocido que en el campo de hidrocarburos la burocracia se incrementó enormemente y no se sabe que haya un real empeño en reducirla a pesar del ingente costo que representa y de que allí hay todavía muchos de los que gestaban los negocios con China vendiendo petróleo a precios más bajos que los del mercado a cambio de jugosas coimas. (O)
