¿Virtual o presencial?

Caroline Avila @avilanieto

Con el COVID soplándonos en la oreja, las instituciones educativas de todos los niveles se han visto involucradas en una álgida conversación con la ciudadanía.  ¿Aprendizaje virtual o presencial? Qué lecciones nos propone la pandemia y cómo aprovecharlas de la mejor manera. Cómo informarse adecuadamente para tomar decisiones que, ante todo, protejan a nuestro entorno familiar. 

Según las autoridades en las provincias de Azuay, Cañar y Morona Santiago estamos en Fase 3; es decir, aunque todavía hay capacidad en el sistema de atención en salud, es evidente el crecimiento de casos y de ocupación de hospitales.

La protección de la vida será el derecho más importante, sin embargo hay que interactuar con el derecho al trabajo, el derecho a la educación y a la protección de un ambiente de riesgo en los casos de violencia familiar.

El confinamiento por la pandemia nos ha enseñado que también se puede ser eficiente de manera virtual, que podemos aprender y podemos evaluar en ambientes remotos.  No siempre será la mejor opción, pero como dice el sabio, “el prudente ve el peligro y se esconde”.  El cuidado por la vida, será ante todo, el primer paso de cualquier programa económico, educativo o de salud.

Una alternativa es dejar la opción a cada familia para poder enviar o no a su hijo a la escuela.  Que cada joven pueda decidir sobre un examen virtual o presencial.  En ambos casos hay herramientas educativas eficientes que permiten, a quienes así lo deciden, protegerse y proteger a los suyos ante riesgos que se incrementan.

La decisión de la virtualidad en lo laboral o en lo educativo, requiere también de responsabilidad.  Como padres y madres, no podemos exigir evaluaciones virtuales y tolerar un comportamiento relajado de parte de nuestro entorno cercano.  No es coherente participar de eventos masivos y luego protestar por un mayor cuidado a la población. La responsabilidad es individual pero el compromiso es con la comunidad.

Queda seguirnos cuidando ante una pandemia que no cede y nos está enseñando nuevas formas de convivencia en donde lo virtual interactúa con lo presencial. (O)