La variante ómicron y el no uso de la mascarilla facilitaron la nueva ola de covid en Ecuador

Fotografía de archivo de ciudadanos ecuatorianos mientras esperan para realizar pruebas PCR para la detección de la Covid-19 en las instalaciones de la Prefectura de Pichincha, en Quito (Ecuador). EFE/ José Jácome

El ingreso al escenario mundial de la variante ómicron de la covid-19 y el desapego a la mascarilla y otras medidas de bioseguridad facilitaron que se desatara la nueva ola de contagios que se registra en Ecuador y en varios países de la región.

Así lo precisó a Efe la epidemióloga ecuatoriana Catalina Yépez, quien aseguró que el fin de la pandemia, que en principio las autoridades sanitarias mundiales calculaban para marzo próximo, se postergará un tiempo más.

«Definitivamente estamos en una nueva ola» de contagios, que llegó con la entrada de la variante ómicron en un momento en que la delta aún actuaba en el mundo, añadió Yépez, exasesora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Según ella, ómicron predomina ya en el país dada la alta tasa de contagio, ya que las estadísticas oficiales contaron más de 11.000 nuevos casos de covid-19 el pasado sábado.

Y es que de cada cien muestras tomadas, 50 son positivas, lo que supone una transmisión comunitaria muy alta, justo cuando se pensaba que a la pandemia «ya la estábamos controlando», añadió.

Solo la semana anterior, se habían registrado 15 millones de contagios por ómicron en el mundo, aunque la mortalidad no ha aumentado, dijo Yépez al precisar que han sido las vacunas las que han permitido salvar muchas vidas.

Sin embargo, dijo que el mensaje de que ya con las vacunas se ponía fin al ejercicio que ha supuesto encarar la pandemia no fue el más adecuado, ya que no se tomó en cuenta que podían aparecer nuevas variantes.

«Definitivamente, con el ingreso al escenario mundial de la variante ómicron, la finalización de la pandemia necesariamente se ve postergada», afirmó la especialista, que ve también otros factores para que no se haya superado la enfermedad.

«Mientras tengamos esta inequidad en el acceso a la vacunas a nivel mundial, donde hay países que tienen solamente un dígito en la curva de vacunación (como en África o en Haití), siempre habrá la posibilidad de que se generen otras variantes», apostilló.

«De la pandemia no saldremos hasta que alcancemos un porcentaje importante de vacunación a nivel mundial» y se refuercen otras medidas de bioseguridad como el uso de la mascarilla, cuyo desapego también ha favorecido a que se presente la ola actual, añadió.

Además, destacó la recomendación efectuada recientemente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) al Comité Asesor de Expertos en Inmunización para desarrollar una vacuna que sea capaz de enfrentar a omicron y a otras potenciales variantes que se puedan presentar en el futuro.

Se trata de «una vacuna que sea más potente de las que hemos venido recibiendo» y que procure que el coronavirus pierda la capacidad de hacer daño.

Desde la década de los años setenta del siglo pasado, cuando se creó el Programa de Inmunización en el mundo, la lucha contra enfermedades como la viruela, el sarampión , la rubeola, la polio, que afectaban sobre todo a niños, tuvo éxito gracias a las vacunas y a un esquema de inmunización que ha contado con dos o tres dosis, recordó Yépez tras señalar que ese camino también parece ser el adecuado en la actualidad. EFE