Mengua calidad educativa universitaria

Gonzalo Clavijo Campos

Desde hace tres décadas, en nuestras oficinas de consultoría, hemos recibido gustosamente   a egresados y jóvenes profesionales de las universidades cuencanas. De los ingenieros civiles graduados en la UCUENCA teníamos el 98% de certeza que responderían con un desempeño excelente.  Con acompañamiento adecuado, pronto se encargarían de diseños de mediana complejidad. Luego, se enrolaron Civiles de la UDA con rendimiento adecuado en los trabajos a ellos encomendados.  Los ingenieros Mario Vásquez, Mario Azanza (Tigre), Xavier Larriva, Fausto Sánchez, por citar cuatro nombres, pronto se convirtieron en consultores o funcionarios de primer nivel.

Los primeros ingenieros ambientales procedieron de la UPS; reconocemos que no costó esfuerzo guiarlos para que se responsabilicen en la ejecución de estudios de impacto ambiental, auditorías ambientales de magnitud significativa. Valoramos su formación teórica-práctica. Ivonne Cordero, Karina Prado, Valeria Orellana, en pocos meses estuvieron listas para dirigir, por sí solas, cualquier tipo de estudios o una fiscalización ambiental.

El año pasado, con la reactivación económica en el área pública y privada, reclutamos a jóvenes recientemente graduados en ingeniería ambiental tanto de la UPS como de la UCuenca y los resultados han sido decepcionantes, pues, no les encontramos capacitados para desarrollar por su cuenta un estudio de impacto ambiental medianamente complejo, siendo la principal experticia que deben tener luego de cinco años de formación.

Consideramos que son dos las principales razones para esta clara mengua en la calidad educativa profesional: la pandemia, sus clases virtuales y los facilismos para que los educandos no reprueben y, además, sus maestros con títulos de Maestrías y PHD, pero, carentes de experiencia práctica en el oficio de la ingeniería ambiental.

Los limitantes de las clases virtuales son una realidad y seguirán afectando la calidad educativa en las cuatro Academias y en cada Escuela. Las autoridades universitarias conocen de su obligación con sus educandos y con la sociedad entera, en buscar todos los mecanismos necesarios para compensar los evidentes vacíos presentados en la formación deficitaria de tercer nivel. (O)