¡Qué vergüenza!

Marco Carrión Calderón

Es una cosa realmente tremenda que Estados Unidos revoque las visas a altos funcionarios del Estado, Generales, jueces, abogados, etc. Y es que ese país es el que ha tenido un gran protagonismo en el develamiento de hechos corruptos de especial significación para nuestro país, por ejemplo, Caso FIFA, Odebretch, Petroecuador, Las Torres, etc. Por esto tenemos que considerar que la revocatoria de las Visas no es algo de poca importancia. Por allí un abogado, manchado inclusive por haber sido elemento clave durante el correato, dice, muy suelto de huesos, “Ya no iré a Disney World”, como si el asunto fuera así de simple y sencillo, pero la verdad es que tiene mucha trascendencia.

¿Cómo podemos considerar a los Generales de la Policía que resultan sancionados con el retiro de Visa? ¿Será posible que allí quede y todos tranquilos…? Evidentemente no. Tendría, en circunstancias normales, que ser materia de una profunda investigación. Lamentablemente ya sabemos que en nuestro país eso no va a suceder.

¿Será posible que haya jueces y juezas que merezcan también esa ignominiosa sanción y sigan, tranquilamente, ejerciendo la magistratura? Cuán sabido es que dejan en libertad a peligrosos delincuentes, que hasta salen libres para ir a cometer más delitos el mismo día de su liberación. Es materia de comentarios abiertos, ni siquiera en voz baja, que la corrupta actuación se debe, en veces a las amenazas y en otras al poder del dinero. La ley de “plata o plomo” es el mecanismo usual que explica hechos que el país contempla aterrado sin que haya probabilidad de que se pueda remediar todo esto.

Tenemos muchísima razón al suponer que nada va a suceder a propósito de lo que es un escándalo pues no habrá interés en investigar y llegar a conclusiones serias. Al Estado no le interesa mucho que sus funcionarios sean encontrados culpables de irregularidades o delitos. Para ejemplo allí tenemos el caso de los prófugos del correato, comenzando con el de Bélgica, sin que haya algún empeño serio en conseguir que sean extraditados para el juzgamiento y castigo. La falta de acciones serias para que se sancione a los ladrones y se recupere el dinero es también corrupción. (O)