El tranvía de Cuenca en vez de conducir a más usuarios, conduce a más problemas en virtud de nuevas investigaciones. Dos asambleístas llegan a la conclusión de que el tranvía no siendo una prioridad, se ha convertido en un medio de transporte extremadamente costoso, desconociéndose quien o quienes absorberán los desajustes económicos cuando el mismísimo gobierno después de hablar y comprometerse en campaña electoral: “se hace el que yo no dije o no fue así”.
En este contexto, plausible el trabajo de los asambleístas Fernando Villavicencio y Bruno Segovia que en materia de fiscalización detectan que a finales del 2011 la empresa francesa Artelia realizó los estudios de prefactibilidad y factibilidad “sin cobrar un solo centavo” para concluir que la UNICA SOLUCIÓN a los problemas de movilidad y transporte de Cuenca es el tranvía, motivando a que la administración del Alcalde Granda firmara una línea de crédito con el banco privado Natixis y la empresa privada Alstom, ambos francesas, a la vez que contratara con un consorcio liderado por Alstom, vinculada a Odebrecht, lo que demuestra que los recursos no vinieron del gobierno francés. También menciona Segovia que el tranvía fue usado como ardid en busca de la reelección de Granda, exhibiendo el Asambleísta un documento en donde se abona por la obra civil 72 millones y 30 millones de dólares al consorcio CCRC que cobra de una labor de ingenieros cuencanos quienes propiamente hicieron el trabajo.
Los asambleístas concluyen manifestando: “que por no hacer bien las cosas este conflicto se viene resolviendo con un arbitraje internacional, que conduce a la ciudad al pago de 30 millones de dólares”, todo por la irresponsabilidad de muchos actores de la administración municipal que no hicieron a tiempo las expropiaciones y otras obras. Se pronunció que la obra debió costar 261.373 millones, pero terminará superando los 300 millones.
Los asambleístas están cumpliendo su trabajo, siendo indispensable que terminen esta fiscalización y lo den a conocer a la sociedad que está anonadada ante tanta corrupción, esperando además que los involucrados aclaren estos temas, pero sin resentirse. (O)
