¿Imprevisión?

La toma de decisiones y cambios en la vida humana implica una forma de anticipar el futuro sin que se conozca a plenitud su efecto, pero, salvo lamentables propósitos, la intención es positiva. La vida individual y colectiva está sujeta a cambios, de allí que no podemos conocer las consecuencias plenas de los cambios e inventos ya que pueden aparecer nuevas condiciones en la evolución social que no eran conocidas, siendo necesario de alguna manera adaptarse a ellas para solucionar problemas no previstos. En gran medida la historia de la humanidad está vinculada a cambios tecnológicos con propósitos positivos que se conocían en ese momento.

El invento del plástico constituyó un avance con enormes ventajas por su menor costo como materia prima y la sustitución, en buena medida, de metales y vidrios indispensables en el mundo contemporáneo. La rebaja de costos y ampliación de utensilios para la vida cotidiana son ventajas indiscutibles para toda la población. Desde hace algunos años se intensificó la voz de alarma por la creciente cantidad de basura plástica que ha “invadido” los océanos con las consiguientes consecuencias ecológicas negativas, ya que se trata de un material no reciclable que no retorna a la naturaleza. Esta ventaja se ha convertido en una amenaza para el planeta. ¿Hubo falta de previsión en la gigantesca difusión de este invento?

Muy difícil dar una respuesta, pero hay que considerar que cuando se presentan grandes problemas hay que recurrir a grandes soluciones. Una de ellas sería aplicar tecnologías adecuadas para que este material se torne biodegradable. Con los desperdicios existentes se puede recurrir al reciclaje para que se tornen nuevamente útiles y satisfagan la demanda sin incrementar la producción. La creciente tecnología debe proyectarse a este recambio, al margen de su rentabilidad económica, ya que el bienestar colectivo no depende tan sólo del incremento de ingresos económicos.