Comunicación gubernamental en año pre-electoral

Caroline Avila @avilanieto

Es de conocimiento público que a puertas de terminar la gestión gubernamental, el político, con miras a una posible reelección, realiza esfuerzos importantes para dejar una buena impresión en el electorado.  Estos esfuerzos se hacen evidentes en la comunicación gubernamental del último año de gestión, el año pre electoral.  Cuenca no es la excepción y una nueva propuesta gráfica de la comunicación gubernamental con la cromática muy parecida al del movimiento político del personero municipal son la prueba que hemos mirado durante esta semana con no pocas reacciones adversas al interés del gobierno local.

Desde la perspectiva técnica, la preocupación de los profesionales del diseño y la comunicación es que un escudo estilizado o devenido en caricatura, no es, hoy en día, un vehículo eficiente de comunicación de gestión.  La representación de algo no se hace evidente con la gráfica propuesta. O quizá sí.  Porque al ser imposible comunicar, parafraseando al famoso axioma, lo que está comunicando este momento la municipalidad es la dispersión, el vacío y para más de uno, el insulto al símbolo de identidad que, junto con la bandera, no resiste ningún tipo de caricaturización.

Más allá de la necesidad de aplicar la gráfica propuesta en los diferentes formatos que la comunicación digital exige, el valor de un logo está en su capacidad de representación.  Es decir, que reemplace en un trazo o una imagen, al proyecto gubernamental de la administración de Cuenca.  Se espera que la gráfica de la comunicación gubernamental facilite esa información y la vuelva eficiente.  Es un recurso indispensable en la comunicación de gobierno y era importante establecerla desde hace tiempo. 

Sin embargo, es justamente ese tiempo el que vuelve sospechoso a este hecho.  Fue un error del alcalde decir, en mayo de 2019, que no iba a promocionar un nuevo logo en su gestión. La austeridad no pasa por la gestión de comunicación, porque luego sucede lo que en efecto vivimos:  Un cambio de imagen cuya “oportunidad” genera, por lo menos sospecha, porque se presenta a un año de finalizar el período, justo cuando todo el esfuerzo de comunicación tiene más posibilidad de ser recordado por la población.  Y el beneficio es doble si se considera la asociación cromática de la tipografía gubernamental con la del movimiento político de la actual administración. Todo esto deja como resultado una comunicación gubernamental que se traduce en comunicación electoral con el dinero de todos los cuencanos y cuencanas. (O)