Búnker

Catalina Sojos

Nuestros chicos ecuatorianos están dentro de los búnker de las distintas ciudades en Ucrania; la Cancillería no responde y a la orden de “sálvese quien pueda” ochocientos muchachos caminan desesperados en medio de una guerra que no les pertenece y el olvido de las autoridades de nuestro país; la idea es llegar a Polonia, y que alguien se apiade de ellos y les brinde algo de hospitalidad. Extraviados miran su presente truncado a pesar de que su esfuerzo ha sido impecable en sus estudios. Olvidados de un gobierno que debería enorgullecerse y protegerlos, estos héroes juveniles intentan regresar a su patria, esa patria que les desconoce. Mientras los colosos de Rusia y China se divierten y miran a Europa y Estados Unidos con desprecio en el juego de poderes planetarios, Ucrania, Ecuador, los países pequeños y pobres gritan desconcertados en las mochilas de estos estudiantes que caminan como hormiguitas en medio de una aventura de horror y miran de frente a la muerte por el único pecado de querer superarse. Seguiremos atentos porque la Cruz Roja Internacional debe ayudar con corredores humanitarios y la cancillería tiene la obligación urgente de protegerlos, en tanto Guillermo Lasso insiste en que “no se puede obligar a las personas a venir al país” al responder a una pregunta de por qué no se les evacuó antes y asegura que “la diplomacia de la prosperidad” es lo fundamental para las exportaciones a Rusia con mil trescientos millones de dólares anuales. (O)