Un instrumento de deuda es un derecho financiero que requiere el pago de intereses, principal o ambos por parte del deudor al acreedor en una fecha futura. Los gobiernos (países), las empresas y las personas contraen deudas con una gama de acreedores, incluidos bancos, proveedores, tenedores de bonos, otros países y sus instituciones oficiales de crédito, etc. La deuda pública de un país se considera sostenible si el gobierno es capaz de hacer frente a todas sus deudas actuales y futuras. Lo propio las empresas y las personas.
En el segmento de crédito empresarial no basta con medir solo su capacidad de pago, también es deber de los acreedores evaluar aspectos sostenibilidad ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en ingles). En el equipo de crédito en los bancos se tiene la oportunidad de expandir conocimientos y las buenas practicas en el mercado. Por ejemplo, si se quiere financiar a un cliente que tiene la oportunidad de tener 100 % energía renovable deben siempre pensar en qué puede hacer esta empresa para mejorar sus prácticas. Deben seguir entrenando a sus equipos para continuar ampliando este conocimiento y llegar a pequeñas empresas y personas.
Es deber ver cómo convertir estos riesgos sociales y ambientales en oportunidades. No se trata de sacar a los clientes del portafolio, se quiere ayudarles con planes de acción y así convertirse en clientes de menor riesgo y mejores prácticas. Nada cambia de la noche a la mañana inclusive en grandes instituciones financieras como Rabo Bank del Brasil, continúan en procesos de cambio y mejora, por experiencia se sabe que toma tiempo y dedicación: Proceso internos, lineamientos y manuales deben ser revisados una vez al año. Con preguntas respecto a ESG, el comité de crédito se reúne para poder dar beneficios a los clientes que obtienen buena calificación en materia de sostenibilidad (Score). De experiencias en otros bancos se ha llegado a establecer que el 93 % de clientes que tienen buena calificación de sostenibilidad tienen mejores oportunidades crediticias.
Esto es importante ya que se demuestra que el comportamiento financiero está atado a prácticas sostenibles, un cliente que no cuente con licencias ambientales (en la que la mayoría de los criterios está relacionado a buenas prácticas laborales), no se evalúa como una deuda sostenible. (O)
