Después estos ladrones

José Chalco Salgado josechalcosalgado@gmail.com

            Tal cual. Son las palabras que usara el Presidente Lasso para referirse al proceso de aprobación de la denominada Ley de Inversiones en la Asamblea Nacional. “Primero ustedes, después estos ladrones”.

            Parecía así el anuncio del inicio por incrementar la popularidad del Ejecutivo y empezar una delicada operación que tomará tiempo y máximo esfuerzo: asfaltar el camino hacia una muerte cruzada en donde llegue Lasso fortalecido y con legitimidad democrática.

Un Ejecutivo visiblemente desequilibrado y molesto con los asambleístas y a quienes acusó de exigirle cargos públicos, evasiones de impuestos y dinero a cambio de apoyar la aprobación del proyecto normativo enviando por el Presidente, tan solo muestra dos escenarios.

            El primero ya conocido: La Asamblea con sus miembros es un desastre. Poco útil e insignificante para el desarrollo del país y los nuevos desafíos. No comprende de la urgencia, táctica y posición democrática por el Estado. Se encuentra más en una invisible actuación por hacer lo que “buenamente” sale y se queda. Se queda y sale. 

El segundo escenario, hay un Presidente al que le ha desbordado la gerencia política del país. No consigue sumar adeptos ni acercamientos con los que orgánicamente debería. Es una suerte de descontrol y desmedida improvisación de su grupo de gobierno. Es un presidente encasillado o mejor dicho, fuera de casillas y anulado.

  Dice que ha sido chantajeado. Que los asambleístas no cooperan y no miran por el Ecuador. Pero en este momento únicamente un acto antes que político, de tipo patriótico, es el que puede destrabar al Ecuador de la ausencia de estabilidad en la gestión y administración. En su crecimiento y proyección.

Hoy los números no le dan al Ejecutivo para mantenerse en el poder después de decretar la disolución de la Asamblea (muerte cruzada) pese a que ello sea lo ética y políticamente debido ante el desmedido ejercicio de la legislatura. Lo correcto: emprender un proceso de apoyo y legitimación de esta opción que respalde popularmente después en las urnas al Presidente. (O)