Las amnistías «una bobada»

Luis Muñoz Muñoz

Luis Muñoz

La Asamblea Nacional, sin brújula y sin rumbo, confundidos entre la ignorancia, la  picardía y la viveza criolla, integrada por «una mezcla extraña, confusa e incluso ridícula de personas, cosas o ideas opuestas o inconexas», sin ideologías y anteponiendo sus intereses particulares y partidistas, se han alejado de los intereses del verdadero pueblo, y caminan  cada día  de tumbo en tumbo sin «dar con pie en bola», sus actuaciones afrentosas para nuestro pueblo, han colmado la paciencia de los conciudadanos, quienes han recibido como «balde agua fría», la decisión de amnistiar a » tirios y troyanos», metiendo en un mismo saco a delincuentes comunes, terroristas, secuestradores, y homicidas, confundiendo los términos de conceder amnistías e indultos  por delitos políticos y por razones humanitarias. El Art. 120 numeral 13 de la Carta Magna manda  que la Asamblea, tendrá entre sus atribuciones, conceder amnistías por delitos políticos, con el voto  favorable de las dos terceras partes de sus integrantes y establece  que no se puede conceder amnistías o indultos por delitos cometidos contra la administración pública ni por genocidio, tortura, desaparición forzada de personas, secuestro y homicidio por razones  políticas o de conciencia, pero los Asambleístas atropellaron  la Constitución, echaron al tarro de la basura  los preceptos legales y se mofaron del pueblo ecuatoriano y de sus mandantes para cumplir con «pactos satánicos» que los  urdieron entre «gallos y medianoche» a espaldas nuestras y otorgaron en paquete 268 amnistías a » Sansón y los que no son», y luego anunciaron como una proeza, con el descaro que les caracteriza, porque hoy más que nunca estos deslenguados, han perdido  el pudor, la ética, las buenas costumbres y los modales, que deben observar en una sociedad organizada como la nuestra, dicen que  han cumplido con el deber sagrado de hacer «justicia». Entre las amnistías concedidas por lo menos cuatro causas tienen que ver con el delito de secuestro en el contexto de las protestas de octubre de 2019, pero con las amnistías concedidas en una trasnochada noche y al amparo de las tétricas sombras del amanecer, fraguaron el perdón y olvido y con ello la impunidad, de aquellos que merecen estar tras las rejas. Ante este panorama, es el momento propicio para que el Presidente Lasso, demuestre que nada tuvo que ver en éste pacto diabólico y disuelva la Asamblea Nacional, llame en forma inmediata a Consulta Popular, para eliminar el esperpento Consejo de Participación Ciudadana, que no sirve para nada y que es un monumento a la “bobada » de la década robada. Los ecuatorianos exigimos, la disolución de la Asamblea Nacional, para que se pueda organizar un Congreso Bicameral, que garantice la estabilidad democrática y a la final pongamos en orden la casa para «no dejar hacer ni dejar pasar», hechos vergonzosos como los que hemos analizado anteriormente y con ello sentar un precedente para las futuras generaciones.(O)