Muerte por privatizaciones

Carlos Castro Riera

La Asamblea Nacional en base a la facultad establecida en los Arts. 140 de la Constitución y 62 de la Ley de la Función Legislativa, negó y archivó el proyecto de Ley para la atracción de inversiones, cuyo objeto era la gestión privada de los servicios públicos y sectores estratégicos.

Como reacción, el gobierno considera disolver la Asamblea Nacional con la “muerte cruzada”, pero no sería causa suficiente, para una medida tan radical, el hecho de que la Asamblea Nacional haciendo uso de una facultad constitucional niegue un proyecto de ley, peor si existían cuestionamientos sobre su constitucionalidad en el sentido de que supuestamente no solo violaba el Art. 136 de la Constitución que ordena que los proyectos de ley deben referirse a una sola materia, sino que, convertía a la delegación a la iniciativa privada  de los servicios públicos y sectores estratégicos, de excepción en regla, contraviniendo los Arts. 315 y 316 de la Constitución.

Los juristas, y no se diga la Corte Constitucional, conocen que el Régimen de Desarrollo establecido en la Constitución tiene como objetivo alcanzar el buen vivir con la realización de los derechos con una economía social y solidaria, y con gestión de los sectores estratégicos y prestación de servicios públicos por parte de empresas públicas, siendo la excepción delegar a la iniciativa privada dichos sectores y servicios.

Por ello la Constitución ordena construir un sistema económico justo, democrático, productivo, solidario y sostenible basado en la distribución igualitaria de los beneficios del desarrollo, más no un sistema neoliberal privatizador que concentra la riqueza en pocos grupos económicos vinculados a la banca.

Si la Constitución otorga a la Asamblea Nacional la atribución de legislar, y aprobar, modificar o negar un proyecto de ley calificado de urgente en materia económica, no se entiende que se pretenda disolverla por usar una facultad constitucional de negar un proyecto de ley. Parece que el síndrome absolutista del hiperpresidencialismo sigue presente. ¿No se criticó al correato por la ausencia de contrapesos y concentración del poder? Todos deben retomar la vía del respeto a la Constitución y la tolerancia democrática, o les gustó el ejercicio autocrático del poder. (O)