La solidaridad

La solidaridad en tiempos difíciles, mucho más cuando se pierden vidas humanas, la casa, las herramientas del trabajo, sale a flote de inmediato en las personas de buena voluntad y de buen corazón.

Eso, aunque no siempre, es parte consustancial del ser humano. En nuestro medio abundan los ejemplos.

Vale citarlo: el pasado fin de semana, un hombre, pala en mano, ponía material, entre lastre y restos de asfalto, en un hundimiento en la vía Cuenca-Girón-Pasaje. Era imposible el paso de los vehículos, sobre todos de los pequeños. Los conductores agradecieron su gesto alzándole el pulgar; él les respondió levantándoles su diestra.

En esa misma vía hay familias enteras dedicadas a echar lastre en los hundimientos. Pocos son los buenos samaritanos agradeciéndolas cuando menos con diez centavos. Quienes lo hacen, lo hacen de buena voluntad, sin nada a cambio, excepto la satisfacción espiritual bullendo en su intimidad.

Cuando ocurren desgracias mayores, como las de los aluviones en Quito y en Cuenca, junto a la solidaridad, al trabajo institucional bien intencionado, de los organismos de socorro, se entrometen otros intereses, el ánimo por figurar, el “yoismo”, el afán por sacar provecho, de mostrarse, en fin, sale a flote lo más rancio de la bajeza humana.

En Quito hasta se buscó politizar la desgracia, llegando incluso a inventarse hechos y circunstancias, expuestas por asalariados ejércitos de troles a través de las redes sociales.

Junto a la solidaridad sincera, quienes sufren, en estos casos los embates de la naturaleza, merecen RESPETO. Sí, respeto para los damnificados en el desastre en Sayausí.

Llegar con dádivas, protagonizar parodias, atribuirse acciones o ejecutarlas si es posible poniendo letreros, cuando su obligación es hacerlas, raya en lo reprochable, en querer aprovecharse de la desgracia ajena.

La actual, es la época de la imagen y del video, difundidos a la velocidad de un rayo. Y algunos, para cuyo efecto tienen tras de sí camarógrafos y fotógrafos, aparecen pretextando solidaridad, trabajo, cuando, en el fondo, buscan otro fin.