Celebridad indeseable

Hechos sobresalientes ocurridos en una ciudad la tornan célebre, pero esa celebridad es deseable si es que se trata de acciones positivas que responde a ideales buscados por las condiciones humanas al acercarse a metas que mejoran su condición en múltiples aspectos. El apelativo “Atenas del Ecuador” nos llena de satisfacción ya que hace referencia a la creatividad aplicada a artes estéticas y pensamiento como ocurrió con la ciudad griega en un lejano pasado. Durante la etapa de la vida republicana de nuestro país, Cuenca se distinguió por su especial proyección a la literatura, al margen de intereses económicos y comodidades, similar, con las debidas distancias, a la legendaria y célebre ciudad de la Grecia Clásica.

Nuestra ciudad, de manera especial su mirador Turi, copa la información de medios de comunicación ya que, en su centro de rehabilitación, por acción directa de algunos reclusos, fueron en su interior acribillados de balazos con un saldo de veinte muertos. Si cabe algún alivio, hay que recalcar que sus autores fueron presos de alto renombre de otras ciudades, pero la triste celebridad no tiene que ver con el lugar de nacimiento de los masacradores, sino por el espacio físico en el que se dieron los hechos que obligó a una intervención armada oficial como si se tratar de una guerra.

Una tendencia general deseable consiste en que, como ocurre en otros países, sobre todo federales, los llamados centros de rehabilitación social estén destinados a personas de cada área y región. Con una visión repudiable, en el correato se decidió que nuestro centro tenga la condición de nacional, para convertirlo en guarida de delincuentes de alto calibre, como se demostró en este caso. El que se hayan convertido en centros de aprendizaje con abundancia de armas letales, demuestra el poco control en este campo que atenta con nuestra fama de “Atenas” a quienes hemos hecho nuestras vidas aquí que nos honraba.