Teatro, Teatro…

Jorge Dávila Vázquez // RINCÓN DE CULTURA

Esa menudita gran dama del Teatro cuencano, Juana Estrella Aguilar, actriz, directora, productora, hábil entrevistadora, imaginó hace unos meses un producto teatral que ha tenido gran éxito. Adaptó esa pieza bellamente realista y poética, desgarrada, del gran Lorca, LA CASA DE BERNARDA ALBA, y la llevó a escena con un grupo de aficionadas al arte teatral, casi, sin ninguna experiencia: NINA NEIRA, SONIA PAZOS, EULALIA VÉLIZ, CATALINA CEDEÑO, ANITA MERCHÁN, MÓNICA VELASCO, ALEJANDRA TOBAR, MARÍA SOL DÁVILA Y CAROLINA LÓPEZ. Había gente muy jovencita y otras levemente mayores, todas ellas al servicio de una puesta en escena sin ningún artificio, simple, llana, de abrumadora sencillez.

Tres de estas aficionadas resultaron impresionantes: Nina Neira Alvarado, que parece nacida para mandar y gobernar, como Bernarda, poderosa y temible; Sonia Pazos, una Poncia inolvidable, murmuradora, humana, dotada de estupendo sentido del humor y Catalina Cedeño, versátil, en tres papeles remarcables.

Dicen que hablar bien de los de uno es vituperio, pero no puedo dejar de mencionar a mi jovencísima nieta, María Sol, que hace una Martirio impecable, y, con sus 18 años, carga sobre sí uno de los papeles dramáticos más bellos e intensos.

Una vez en el Teatro Sucre y tres veces en la Sala Alfonso Carrasco, la obra fue siempre motivo de aplausos y afectuosa y cálida recepción.

Después de esas adaptaciones de cuentos, tan pobremente teatrales, a veces, enfrentarnos a la belleza del texto, a la intriga magnífica de un verdadero drama lorquiano, nos ha llenado de satisfacción. Sabemos que vuelve el 12 de mayo al Teatro Pumapungo, esperamos que se quede de largo entre nosotros y salga a conquistar las ciudades cercanas. Sería el éxito completo de Juana y su grupo de soñadoras.

En las distintas funciones hubo siempre mucho entusiasmo, un público sumamente receptivo, y nos dejó una magnífica impresión de lo que realmente es el teatro, de su intensidad, que, a veces casi hemos olvidado. Realmente una magnífica experiencia, sin igual.

Ojalá hubiera como decir “adelante Juana y señoras y chicas soñadoras, adelante y vuelvan pronto con experiencias semejantes, nuevas y viejas.” Y cuenten con nuestro cálido aplauso, apoyo y deseo siempre presente de ver el gran teatro del mundo. (O)