En Cuenca hay una oportunidad para la ropa de segunda mano

Desde hace un poco más de un año, Paulina Pasaco vende ropa de segunda mano. Xavier Caivinagua/El Mercurio

Pantalones de campana, blusas coloridas, casacas jean, gafas grandes y zapatos de suelas anchas: la moda retro, aquella que se veía en el siglo pasado, ha vuelto entre los jóvenes a través de una tendencia cada vez más grande: la ropa de segunda mano o la ropa usada que parece nueva.  

Como se ve en Estados Unidos o Europa, también, de a poquito, se ve en Cuenca, en donde grupos de personas, principalmente jovencitos entre 18 y 28 años, se han dedicado a traer de vuelta a aquella ropa que usaban sus padres en su juventud.

Hasta hace algunos meses, en Instagram y Facebook se comercializaban prendas de una moda que parecía ya lejana, sin embargo, hoy, con el reencuentro de la población en los espacios cerrados tras la emergencia sanitaria, las ferias de ropa usada han surgido para complacer a un ya nicho considerable.

Basta con recorrer, por ejemplo, Tianguis, una feria que se organizó por primera vez en octubre de 2021, y que llegó a su cuarta edición el 7 de mayo. Ese día faltó espacio para las jóvenes que llegaron a ver, probarse y comprar la ropa de segunda mano.

“Todo hicimos por redes sociales. Escribimos a páginas de segunda mano, porque hay un montón en Cuenca, les invitamos a que vengan la feria para que traigan sus percheros y armamos nuestra propia base, y ahora contamos con 2.000 seguidores”, contó, Citlalli Pilco, sobre cómo surgió la feria.

Además de traer de vuelta una moda del pasado, hay una generación que está pensando en el medio ambiente, y, en vez de comprar prendas nuevas, prefiere reusar aquellas que todavía están en buenas condiciones.

: Los jóvenes son los principales clientes de los emprendimientos dedicados a vender ropa usada. Xavier Caivinagua/El Mercurio

Por ello es que los espacios en donde se comercializa ropa de segunda mano siguen aumentando, ya sea en espacios físicos o virtuales, lo que ha dejado que esta tendencia se convierta en emprendimientos.

“Vendo ropa de segunda mano porque ayuda al medio ambiente y porque soy estudiante. De alguna manera esto también me ayuda a generar ingresos mientras estudio”, dijo Paulina Pasaco, quien, desde hace un año empezó a comercializar prendas usadas.

En el caso de Paulina, sus contactos le ayudan a buscar la ropa que esté en óptimas condiciones en Estados Unidos. Una vez con eso, ella recibe las prendas en Ecuador para venderlas.

En otros casos, hay personas que la ropa que usaron un par de veces las comercializan en precios muy bajos, tal y como lo hace Citlalli Pilco o Ximena Cajamarca.

Ximena se especializa en ropa para niñas. Tiene tanto prendas nuevas como usadas. Sobre la ropa de segunda mano, ella empezó a vender porque tenía conjuntos de vestir de su hija que solo los había usado unas pocas veces.

“Los niños crecen rápido, entonces la ropa les va quedando porque solo tienen unas pocas puestas. Uno selecciona las prendas que prácticamente están nuevas y trato que otras personas le den un buen uso en precios accesibles y no caros como uno compró”, dijo Ximena.

Mientras la tendencia de la ropa usada se mantiene, otros grupos, como Americana, organizará dos ferias de prendas de segunda mano el próximo 14 y 28 de mayo, en Selina, ubicado en la Calle Larga 7-93 y escalinatas Juana de Oro. 

Se espera que allí, los jóvenes vuelvan para darle una nueva oportunidad a la ropa que alguna vez tuvo dueño. (I)

Emprendimientos dedicados a vender ropa de segunda

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