¿Y después de la marcha?

Cuenca registra varias marchas ciudadanas para exigir al Estado mayor y efectiva lucha contra la delincuencia.

Una más prevé efectuarse este jueves por resolución de la Asamblea de Seguridad Ciudadana.

Las estadísticas de robos, asaltos y crímenes aumentan en relación a años anteriores. La cárcel ubicada en Turi, escenario de masacres entre reclusos, debe ser reconsiderada como regional, tal como la planificaron y aprobaron. Esta es otra de las exigencias. ¿Cuánto contribuye al clima de inseguridad esta prisión?

En Ecuador, la delincuencia crece como la espuma. Las redes del narcotráfico transnacional están muy profundas. Todo lo han copado. ¿Cómo entender el robo de armas a la misma Policía Nacional?

Entender, analizar las causas de la delincuencia, cada vez más avezada, organizada y hasta tecnificada y politizada, se hace necesario. Siempre lo fue, además.

Tras cada delincuente podría haber la historia de una familia desecha, de vivir en extrema pobreza y, por consiguiente, sin oportunidad para criarse con autoestima, para educarse, para trabajar, para no ser presa fácil de las bandas delictivas, ni se diga del narcotráfico.

Pero, ojo, la pobreza no el único factor para tan preocupante fenómeno social. También reina en otros estratos económicos y aun políticos.

Las ciudades, Cuenca entre ellas, cada vez son un polo atractivo de migración interna y externa. En esa muchedumbre movilizada por la necesidad, pero sin mayor éxito, puede florecer el delito, el del microtráfico por ejemplo.

Si bien hacen falta policías, una política de seguridad, mayor organización ciudadana para coadyuvar con las fuerzas del orden, más efectividad de los Municipios, del sector privado, es necesario entender el fenómeno delictivo desde donde se fecunda, crece y expande. El delincuente no nace; se hace.

Ojalá, luego de la marcha, Cuenca amanezca cuando menos con certezas encaminadas a viabilizar aquellos compromisos. Su real objetivo mal puede evaporarse tan pronto concluya.