¿Segunda Independencia?

Hugo Lucero Luzuriaga

El primer grito de la Independencia del Ecuador se dio el 10 de agosto de 1809, empero, los españoles retomaron el poder tras cruentos ataques a los patriotas. El 24 de mayo de 1822 se consolida la independencia como consecuencia de la Batalla de Pichincha, donde fuerzas grancolombianas lideradas por Antonio José de Sucre derrotaron al ejército español comandado por Melchor Aymerich.

Se inicia una nueva época con una ilusa y débil “democracia”, sin embargo, empiezan a aparecer amenazas que inscriben aciagas historias por algunos nefastos gobiernos, el advenimiento de dictaduras y el descontento de las mayorías que siguen padeciendo el dominio de élites y demagogos que a su turno ofrecieron al país sacarle de la pobreza y tener un mejor vivir. Empero, ahora más que nunca campean las desilusiones y descontentos que se incrementan ante los fracasos reiterados de los poderes del Estado y de manera especial del Ejecutivo que este 24 de mayo cumple un año en sus funciones.

Por ello, el pueblo habla de una segunda independencia y no pocos manifiestan QUE SE VAYAN TODOS, y con mucho de razón, ante la presencia, casi, de los mismos de siempre que ya fracasaron, con una Asamblea Legislativa menos que mediocre, con legisladores muchos de ellos incapaces y corruptos.

Hiperpresidencialismo que desafortunadamente están generando más desocupación y pobreza, inseguridad, escasez de medicinas, crisis en la educación, crisis carcelaria y en el sistema judicial,  asesinatos, delincuentes absueltos sin explicación alguna, acecho de políticos corruptos que huyeron y que buscan el regreso, influencia insolente extranjera desde un ático camuflado, y lo paradójico, gran cantidad de partidos y movimientos políticos injustificados, con precandidatos a las próximas elecciones sin exigencia alguna de la “Ley  de Elecciones”, máximo ser bachiller, y ante la actitud de  “ver al otro lado” de un Gobierno “del encuentro”, que  no acierta la manera de dar el rumbo esperado a un país con una ciudadanía  que ya no cree en nadie, y que por el contrario anhela un cambio total, tal vez una: ¿SEGUNDA INDEPENDENCIA? (O)