Quituiña y Guagualzhumi

Tito Astudillo y A.

La laguna Quituiña, ubicada en la vertiente Suroeste del Guagualzhumi, en concordancia con una tradición ancestral del valle Cuenca-Azogues, a más de constituir una fuente de agua y componente paisajístico, es parte de la cosmovisión andina presente en la memoria popular y es destino, asiduo, de investigadores, andinistas y amantes de la naturaleza, como son las lagunas del Cajas, Culebrillas, Buza, Quimsacocha, Zhinzhán-Ayllón, Nariguiña, Yanacocha, entre otras.

Guagualzhumi y Quituiña, cerro y laguna, laguna y cerro, dualidad complementaria en la cosmovisión andina, cerro: cari-masculino y laguna: warmi-femenino, están ligados al destino del pueblo de Paccha porque proveen, desde siempre, el agua para la supervivencia. Al no existir ríos en la parte alta del pueblo, es fácil comprender la presencia de lagunas en las faldas del cerro, como Quituiña y la legendaria Cochas aún presente en la memoria colectiva que perenniza mitos y leyendas de lagunas encantadas. Quituiña, en la actualidad, es muy respetada por los lugareños que recuerdan haber escuchado a sus mayores que la laguna es brava y que puede hacer desaparecer personas. Creen que su agua tiene poderes mágicos y que a su paso se debe dejar una ofrenda como: una flor, una piedra bonita, una rama aromática como poleo, altamisa, santa maría, etc. Algunos autores, al ubicar el escenario del Mito del Origen de los Cañari en el Guagualzhumi, confieren a la laguna Quituiña la condición de Pacarina, al igual que Busa, Culebrillas y Zhinzhán o Ayllón, también en las faldas de montes progenitores.

La tradición artesanal de confeccionar esteras, en el pueblo de Paccha, utilizando como materia prima la totora que crece en sus lagunas, hace pensar que en esta zona debieron existir, como Quituiña, muchas más. Cuando se pasa Pacha, se encuentra muchos pequeños humedales con abundante totora, incluso entre las cementeras, que ha decir de algunos vecinos, es lo que queda, de lagunas que existieron en el sector. (O)