Al comenzar su según año de gestión, el gobierno vuelve a ilusionar al Ecuador en el área vial.
Escogió al Azuay para anunciar el Plan Vial Nacional, con una inversión de USD 5.750 millones. De esta cifra, 5.200 millones serán inversión privada, bajo la modalidad de concesión, acaso la única manera de construir o mejorar la infraestructura vial.
Los restantes 550 millones serán recursos exclusivamente gubernamentales, de los cuales 111 millones se invertirán en Azuay, Cañar y Morona Santiago.
A nivel nacional se priorizan cinco proyectos: viaducto sur de Guayaquil, las vías Loja-Catamayo; Montecristi-La Cadena; Manta Quevedo; además del tren multipropósito. Con esta última obra se aspira a conectar, por el norte, la zona minera de Imbabura con el Puerto de Esmeraldas; por el sur, a Zamora Chinchipe con Puerto Bolívar, en El Oro. Y es en esta provincia oriental donde están los dos más grandes proyectos mineros del Ecuador.
De lo destinado para Azuay, Cañar y Morona Santiago, USD 83 millones se invertirán en once proyectos. Según el Ministerio de Transporte y Obras Públicas estarán listos hasta finales de 2022.
Entre las vías a intervenirse a nivel de rehabilitación de puntos críticos están la Cuenca-Girón-Pasaje, la Cuenca Molleturo-El Empalme; la construcción de dos distribuidores de tráfico en la Cuenca-Azogues-Biblián, sobre todo, la culminación de los estudios de un acceso de cuatro carriles hacia los cantones Gualaceo y Paute.
Sobre las autopistas Cuenca- Guayaquil y Quito-Guayaquil, asimismo con inversión privada, el gobernante anunció la contratación de estudios de carácter internacional, cuyos recursos, sin embargo, no son parte del Plan Vial Nacional.
Estos anuncios, si bien no son nuevos para aquellas tres provincias, despiertan interés, sobretodo necesidad de información clara y concreta en cuanto a tiempos y recursos. Es decir: pasar del dicho al hecho.
Y, sí, el gobierno, el titular del MTOP, deben dar certezas; pues los anuncios son solo eso, y hasta un golpe comunicacional.
