Incoherencias cotidianas

Ma. Isabel Cordero

Mientras el mundo sigue diciendo que la violencia no tiene género y de que, si Deep o Amber son víctimas del sistema y el drama de Hollywood, en nuestra ciudad de galas vestidas, la violencia machista sigue haciendo de las suyas, sin más comentarios que las voces feministas agotadas de tanta indiferencia.

En días pasados, alguien vestido de autoridad decidió blanquear el puente “Vivas Nos Queremos”, borró los nombres de las víctimas de violencia femicida que sobre él se han escrito como un homenaje a su memoria. Al día siguiente, se denunció la desaparición de Tania Calle, quien fue hallada muerta dentro de una maleta este jueves.

Esta misma semana, el cuerpo sin vida de una mujer fue hallado en Gualaceo, al parecer fue violada y estrangulada. Y pese a todo, aún hay quien cree que se deben borrar los nombres de las víctimas, como si así, esto dejara de suceder o, si acaso, se pudiera olvidar a las cientos de mujeres que mueren en manos de femicidas en el país. 

A quien pintó el puente y me lee, le agradezco su ingenuidad, porque su acto solo hace que estemos más unidas, y más convencidas de que ya nadie nos calla y, de que, si es con una, es con todas. (O)

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