Nuestro litoral

Eduardo Sánchez Sánchez

Nuestro hermoso país ecuatorial, oferta al mundo verdaderos escenarios de belleza natural, embriagan la mirada de propios y extraños. Acompaña a la costa un clima tan agradable (salvo en temporada de invierno y alta pluviosidad), que inunda grandes extensiones y complica la vida de los seres humanos.  Es una verdadera selección natural, que ha tenido sus cúspides cuando el” fenómeno del Niño” que llega a las costas pacíficas, ha causado verdaderas tragedias como en la pre Hispania tuvo lugar en el Perú, la extinción de dos culturas como Nazca y Mochica, cuyos pueblos sucumbieron. Hemos sufrido el embate en muchas ocasiones, ocasionando verdaderas crisis en la economía del Ecuador, con destrucción vial y agrícola, a veces, cobrando vidas humanas y gestando un colapso en diferentes asuntos antropológicos, para la Naturaleza es un mecanismo de selección que pule las bondades de la diversidad biológica.

El Gobierno Nacional a través del Ministerio de Turismo y otros han procedido con publicidad que divulga las virtudes de diferentes lugares patrios, encabezados con las Galápagos. No sería justo descartar a la Ave del Sol o ruta del Spondylus, en donde el perfil costanero dibuja caprichosamente un borde lleno de novedades, estética, verdor vital, gastronomía refinada, amables pobladores, vegetación, museos de etnias nativas como los Valdivia, el PN Machalilla y aguas turquesas, además de muchos encantos de Santa Elena, Manabí y Esmeraldas. 

Apena el encontrarnos con basura por doquier, la gente se acostumbró a ella y mira como normal, no existe el criterio en autoridades ni el hábito de proteger la fuente de ingresos económicos para todo el pueblo. Canes abandonados por doquier, desagradables olores, lodo o polvo. Suma hoy la turbulencia que vive el País y más a nivel costero. Se encuentra desconcierto y hambre para la sociedad. (O)