Una salida política

Carlos Castro Riera

La situación de convulsión social por la que atraviesa el país necesita de una salida política que dé respuesta a las diversas demandas que han formulado no solo los indígenas, sino también los usuarios del sistema de salud pública, afiliados y jubilados del IESS, artesanos, trabajadores, pequeños y medianos productores agrícolas, universidades, educadores y otros sectores sociales.

La CONAIE ha resumido en diez puntos principales las exigencias de la ciudadanía: reducción y no más subida del precio de los combustibles, moratoria de pagos de deudas y reducción de tasas de interés, precios justos de productos del campo, frenar la precarización laboral y  exigir el pago de las deudas al IESS, moratoria a la ampliación de la frontera extractiva minera/petrolera, respeto a la educación bilingüe, justicia indígena, consulta previa, libre e informada y autodeterminación de pueblos indígenas, alto a la privatización de los sectores estratégicos, control de precios y de la especulación; y,  frenar la ola de sicariato, delincuencia, narcotráfico, secuestro y crimen organizado.

El gobierno fue advertido del hartazgo social pero no tuvo sensibilidad y finalmente el acumulado de descontento social condujo a movilizaciones indígenas a las que se han sumado otros grupos ciudadanos. Los desatinos del gobierno frente a las movilizaciones han agravado el problema, resultado de sectores fascistas que barajan una salida represiva policial y militar de consecuencias nefastas para el país y el propio régimen.

Lastimosamente a esos grupos ultraderechistas les hacen el juego ciertos aventureros, provocadores y otros con oscuros intereses corruptos que pueden conducir a debilitar al movimiento indígena. campesino, sindical, ecológico, feminista y más colectivos comprometidos con la defensa de los derechos y de la democracia sustancial.

Por ello es necesario que se abran mecanismos y rutas de diálogo con intervención de facilitadoras y mediadores con alta legitimidad como la Iglesia, universidades y la ONU por citar algunos. Todos los actores deben mirar el contexto nacional y corresponsabilizarse, y el régimen debe rectificar y gobernar para todos. El país está al borde del precipicio, la salida es política, democrática e inteligente, no testaruda. (O)