Justicia Social

Ana Abad R.

Si puede haber algo más doloroso que la pérdida de vidas humanas cuando se ejerce el derecho a la resistencia, a la protesta, a participar en la construcción de una sociedad justa y equitativa, es constatar las terroríficas expresiones racistas que hemos escuchado estos días. Los momentos de crisis nos permiten tomar conciencia de cómo y de qué está hecha una sociedad y, en nuestro caso, no hemos superado la estructura colonial en las relaciones sociales y se siguen reproduciendo las profundas inequidades en las que viven los pueblos originarios; crítica situación a la que se suman millones de habitantes en las grandes urbes del país. Indigna y es insultante el racismo, el clasismo, la exclusión y la negación al otro, al diferente, al pobre, al que piensa distinto, al que nos mueve de nuestro sitio de confort, al que nos recuerda que no todo está bien. “Los diez puntos planteados por las organizaciones indígenas son viables, abramos una discusión más profunda sobre ellos. Tenemos la oportunidad de trabajar en la plurinacionalidad, la interculturalidad, los Derechos Humanos y de la Naturaleza, los Derechos de Género e intergeneracionales”. Pacto Ecosocial del Sur-Ecuador”. No habrá paz sin justicia social. (O)