¡Terminó el paro!

Tito Astudillo Sarmiento

Amanece apresurado, las vías llenas de unos que van y otros que vienen; unos que llevan y otros que traen: unos que, victoriosos, corren al encuentro de su hogar y otros que, apretando los sientes para simular una sonrisa victoriosa, enarbolan el acuerdo proclamando el éxito de la paz que retorna a las calles…

Pero que nos deja el paro, más allá de la evidente falta de inteligencia política de un gobierno que, error tras error, da cuenta, más de improvisación sobre la marcha; que, de actitud estratégica en la conducción de una economía, de una sociedad.

Iza detenido, sin causa aparente, Iza liberado, sin más explicación que una sustitución de medidas, la policía tomándose la sede nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana y echando al piso la promesa fundacional de la Casa en la proclama de su fundador Benjamín Carrión que nos convocó a renunciar a las armas para ser potencia creadora del arte, la cultura y la libertad; para devolverla; envueltos en la vergüenza del repudio nacional a su actitud prepotente.

Iza repite la dosis y, en transmisión en vivo, encarna el estribillo escolar, “…empieza la paliza”; el dirigente indígena devuelve con su claridad, transparencia y capacidad cada golpe encestado al pueblo en las calles, no hay ministro que alcance a sostener el diálogo, déjà vu del espectáculo pasado con los ministros del sabático.

En el primer acto del segundo tiempo, el presidente en cadena nacional anuncia que no se sentará con Iza, pero para el segundo acto su ministro anuncia que la iglesia será la plataforma para el dialogo nacional, la cruz sobre la corona y el dialogo se instala y alcanza el acuerdo.

En el camino el movimiento indígena enarbola la lucha por los derechos de todos, de cada uno, aún de aquellos que reclaman su derecho a la paz y que les dejen en paz, aquellos que soberbios e ignorantes declaran que no se sienten parte, que no son representados por la movilización, urgente contarles la historia del primero de mayo o del ocho de marzo (para empezar) que sepan, conozcan y entiendan que las movilizaciones de ayer son las bases de los derechos de hoy… (O)