“Casito”

José Chalco Salgado josechalcosalgado@gmail.com

            Es decir, por poquito. Casi, casi. O sea, faltó una nadita. Para que nos entiendan todos y todas, como se diría comúnmente, casito, casito.

            Casito le sale el plan golpista a los que en río revuelto buscaron atentar contra la institucionalidad, seguridad y democracia del Ecuador. Ovejunos les decían antes. Últimamente les llaman prófugos de la justicia. Incluso dicen que: casito les atrapan.

Pero a ver, sin salirnos del tema. Muy poquito faltó para que las intenciones de tomarse el poder a través del caos y desorden triunfen. Los instrumentos fueron distintos y duraron varios días. Por un lado, aprovechar de una movilización social para implementar el caos y desorden, atemorizar ciudades y poner en jaque al intento de reactivarse social y económicamente. Por otro, financiar actos delincuenciales, movilizaciones y la paralización del país con recursos del narcotráfico.

            Y es que el narcotráfico -como actividad económica- usa diferentes caminos. El comercio ilícito, la delincuencia, el crimen organizado, la venta de droga o el uso del aparato estatal a través de la política. Así, con una Constitución -la del 2008- que fue diseñada para el poder de turno, se intentó activar la muerte cruzada para destituir al presidente. Tampoco funcionó. Pero casito les sale, luego de haber puesto al país en convulsión y caos, en lo que llamaron conmoción interna. Mejor dicho, en la conmoción interna que crearon para que funcionara la causal de destitución.

            Todito, toditito hicieron. Como solían decir, toditito 35. ¡Qué digo! Como solían decir en la época del paro, toditito los 10 puntos había que cumplir. Y por poquito les sale. Sin embargo, el Ejército y la Policía, incluida la ID y los PSC cerraron filas en torno al Ejecutivo. La población civil se autoconvocó en contra de la violencia y desestabilización. Era claro. Había un enfrentamiento no de ecuatorianos contra ecuatorianos, sino de ecuatorianos contra el narcotráfico escondido.  

De todo pueden decir a quienes hemos defendido la paz y la democracia. Pero ojalá la próxima vez nos hagan caso más prontito. Ojalá para la próxima nos hagan casito. (O)