El gran perdedor

Marco Carrión Calderón

Ciertamente fue bueno que al fin haya terminado la bárbara paralización de la que fue víctima el país en días pasados. Ya era intolerable el estado de indefensión completa de la población que, mayoritariamente, no estuvo de acuerdo con esa medida de hecho.

El gobierno ya no tenía, ni tiene ya, más que perder. No es que la Asamblea Nacional le dio un respaldo. La verdad es que “por un pelo” se salvó de la conspiración correísta manejada desde Bélgica con la inocultable aspiración de modificar el sistema legal y permitir el regreso de los prófugos, incluido el prófugo mayor, y de eliminar los pocos juicios e indagaciones de los monstruosos perjuicios que ocasionaron al país. Tampoco perdieron los campesinos que ahora se proclaman “triunfadores”, aunque lo son sobre los habitantes de las ciudades que, atemorizados e indefensos, tuvieron que permanecer ocultos o tratar de pasar desapercibidos. Tampoco, por cierto, lo fue esa poderosa fuerza que es el narcotráfico, que aprovechó la situación de descontrol nacional para hacer pingües negocios y, en general, la delincuencia organizada.

Quien perdió, de manera espantosa, fue el pueblo ecuatoriano, la gente común, que pudo percibir que en este país se puede hacer lo que a un minúsculo grupo de “dirigentes” se le ocurra y no pasa ni pasará nada. Ya consiguieron que no se hará ninguna investigación sobre responsabilidades en actos tan ilegales como el cierre de vías y la paralización del tránsito en el país, la paralización de servicios, sobre las muertes ocurridas y la serie de sucesos, cada uno peor que el otro, ocurridos en aquellos días.

El pueblo y la moral pública han perdido mucho con el espantoso precedente de que aquí se puede hacer lo que a ese grupo se le ocurra y la fuerza pública no hará casi nada para que no sea afectada la inmensa mayoría de ciudadanos. Ya se ha visto que, con suscribir un acta, en la cual el gobierno acepta todo cuanto rechazó de entrada, las cosas quedan superadas.

¿Quién puso las víctimas en ese paro? Fue, indiscutiblemente el pueblo, los que no pudieron trabajar normalmente para obtener ingresos con qué mantener sus familias, los comercios destruidos y asaltados por los vándalos, los heridos y muertos. (O)