Analizan retirar los bolardos en las paradas de buses de transporte público

Desde que se colocaron los bolardos circulares en la plaza de La Merced no ha habido un mes en que una persona no se haya tropezado con ellos. Por lo menos eso recuerda Rocío Idrovo, quien vende empanadas en el sector desde hacía varios años.    

Adultos mayores y personas no videntes han sido los más perjudicados desde que los bolardos rodean a la plaza. La propia comerciante, a pesar de que sabe que están allí, se ha golpeado las piernas con las bolas de cemento.

Y aun cuando se han registrado accidentes entre los peatones, desde el Municipio de Cuenca no se ha analizado la pertinencia de los bolardos que no solo están en la plaza de la Merced, sino en el Parque Calderón, en el parque de San Sebastián y a lo largo de la Calle Larga.

Los bolardos de cemento son un peligro para los transeúntes de la plaza de La Merced. Xavier Caivinagua/El Mercurio

Sin embargo, eso va a cambiar luego del fallecimiento de una adulta mayor, quien, en la mañana del 11 de julio se tropezó con uno de los bolardos que se encuentra en la Calle Larga, frente al mercado 10 de Agosto.

Según los testigos, tras tropezar, la mujer cayó sobre la calzada y un bus de transporte urbano la arroyó. Horas después ella murió por las graves lesiones y heridas que tuvo.

El hecho provocó que los transeúntes, que suelen tomar el bus en esa zona, y los comerciantes que van y vienen por la acera en donde están colocados los bolardos metálicos en fila soliciten que se los retiren.

“Siempre han sido un problema. A veces la gente corre por la acera para ir a coger el bus y no ve esas cosas metálicas y se tropiezan y caen. Ahora una mujer murió. Es hora de que se quiten. No queremos más desgracias”, dijo Susana Arévalo, comerciante del sector en donde ocurrió el accidente.

Ante el fatal suceso, el 12 de julio, en un medio de comunicación, Boris Palacios, coordinador del departamento de Movilidad del Municipio de Cuenca, dijo que se había pedido a la Dirección de Gestión de Movilidad (DGM) un análisis de los bolardos.

Y en efecto, la DGM confirmó a diario El Mercurio que se hará un análisis en las paradas de transporte público en las que se encuentran los bolardos. Una vez hecho el estudio se conocerá la pertinencia de la remoción de los elementos. 

Investigación

Por su lado, la Comisión de Áreas Históricas del Concejo Cantonal, a través de su presidente, Omar Álvarez, también iniciará una investigación sobre los bolardos que están, en algunos lugares, más de una década.

Según Álvarez, si bien los bolardos metálicos y de cemento se ubicaron para evitar que los vehículos se parqueen sobre las aceras, ellos ya no se justifican si una persona murió tras tropezarse.

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“Nada justifica la pérdida de una vida. Yo me comprometo a hacer las averiguaciones de estos bolardos que no solo son un problema para los adultos mayores sino para los transeúntes, ciclistas, para la ciudadanía en general. Hay que buscar una solución”, dijo Álvarez a El Mercurio. (I)