Ley de Comunicación

Caroline  Avila @avilanieto

¿Para qué sirve una Ley? Es un instrumento que ayuda a definir, prevenir y actuar de manera organizada.  Este es el caso de la Ley de Comunicación.  Aunque suene tentador llegar a la soñada “autorregulación”, es evidente que en nuestra cultura, con frágil institucionalidad y algunas “perlas” identificadas en la práctica profesional, atrevernos a exigir autorregulación como única opción para el ejercicio de la comunicación es engañarnos.  Sin embargo, regular la comunicación no es tarea fácil, prueba de ello el documento que este momento está en manos del Ejecutivo a espera de su sanción.  Si bien tiene interesantes propuestas como mayor protección en derechos a usuarios de la comunicación y trabajadores de los medios, también tiene polémicas como la forma de articular sanciones cuando existan faltas a la práctica profesional. 

¿Quién decide si se requiere una rectificación o si se ha cometido desinformación?  ¿Quién decide qué es verdad y qué no? El instrumento aprobado por el Legislativo deja estos temas en manos de la Defensoría del Pueblo, quienes en su parte administrativa podrán disponer las sanciones que correspondan.  Así sea una sanción de tipo simbólica como ordenar un curso de capacitación, el hecho de juzgar sobre la verdad resulta un rol complejo y una dificultad para lo que se considere libertad de expresión.  El desafío para el Ejecutivo y el Legislativo es enorme:  Entregarnos un instrumento con el que podamos actuar como sociedad, de manera organizada y respetuosa, en el marco de una comunicación plural y de acceso libre y democrático. (O)