Tostar granizo

Una vieja frase de la cultura popular ilustra muy bien los escenarios pre electorales en las diferentes ciudades del país.  Hemos visto “tostar granizo” en política y, al parecer, lo seguiremos haciendo.   El calendario electoral registrará hasta este 5 de agosto los resultados de los procesos de democracias internas y hasta el 7 las alianzas políticas.  En ese contexto los movimientos y partidos han tenido que hacer actos de verdadero contorsionismo ideológico y político para encontrar espacios de viabilidad electoral.

Cuando se habla de elecciones primarias el objetivo era el de fortalecer los procesos de elección y democracia al interior de las organizaciones políticas.  Las designaciones a dedo, los caciques o los autonombrados candidatos no tendrían lugar sin un genuino proceso democrático que permita a la base de militantes decidir por el mejor perfil.  Pero para ello no alcanza con señalar una fecha.  Se requiere un proceso de formación política, fortalecimiento de la militancia, estructura y organización que haga visible tanto los principios del partido o movimiento como las propuestas de los posibles candidatos.  Nada de eso se ha podido ver.  En la mayoría de los casos la conversación gira sobre las posibilidades electorales de los nombres y las alianzas políticas.  Así nos encontramos en un escenario en el que los partidos no tienen candidatos y los nombres que comienzan a sobresalir en el mapa político se caracterizan por no tener partidos o movimientos que los auspicien. 

El resultado es el desorden que estamos viendo estos días.  ¿Se puede tostar granizo? En política sí.  Candidatos huérfanos de ideología que transitan por diferentes tiendas políticas probándose una camiseta y otra con miras a que alguien los acoja.  Alianzas políticas que funcionan en unos cantones y en otros no.  Partidos de izquierda con candidatos que han declarado públicamente posturas de derecha.  Candidatos que han hecho públicas las contradicciones de ciertas tiendas políticas que hoy, gustosamente, aceptan el cobijo de esas mismas organizaciones con tal de estar en la papeleta.

No es gratuito el desapego y la decepción de la política por parte de la ciudadanía. Las evidencias que los llamados a ejecutar el arte de gobernar nos muestran, salvo pocas excepciones, hacen pensar que la seriedad, la coherencia y la responsabilidad son cualidades que se alejan de las tiendas políticas preocupadas por seguir tostando el granizo.