La feria de las candidaturas

Gerardo Maldonado Zeas

A la hora que escribo este artículo de opinión, se habla de nombres, aunque no hay certeza “oficial” de quienes serán candidatos a las elecciones de 2023. El irresponsable Código de la Democracia, de autoría y engendro del correato, permite una serie de abusos y disposiciones que son risibles. Por ejemplo, las tales primarias, mediante las cuales, se supone, deben pronunciarse afiliados y adherentes por tal o cual candidatura. Una tomadura de pelo, porque bien se sabe quienes van a ser los nominados, generalmente los amigos cercanos al director o dueño del partido, con lo cual los de las bases quedan para llevar la escalera y las lonas.

Ya en las anteriores elecciones vivimos ese espectáculo triste. En Cuenca hubo trece candidatos a alcaldes; algunos de última hora, participando sólo por llenar una línea del curriculum vitae. Por eso la fragmentación, convierte al ganador en autoridad deslegitimada, por la poca votación a la que accede. 

La escalofriante cifra de 90.000 candidatos que se proyectan para las seccionales del 2023 representa un 10 % más de votantes respecto a 2019, cuando se inscribieron cerca de 81.000 candidatos y 278 agrupaciones políticas, de todos los nombres y colores. Una muestra de la decadente democracia en la cual vivimos, y a la que nos obligan a aferrarnos; un modelo caduco, totalmente precario, que no privilegia a las ciudades y provincias como potenciales centros de crecimiento y desarrollo, sino agranda la figura del político del momento, sin importar el pasado o su realidad actual.

El modelo de votación de las seccionales tanto para alcaldías y prefecturas, debería tener una segunda vuelta, tal como ocurre con las presidenciales. Es necesario hacer cambios constitucionales y legales, lo cual no es prioritario para la gran mayoría de la clase política que no tiene interés manifiesto en transformar un ápice al país. Requerimos un modelo robusto de elecciones, para permitir a los ciudadanos entender las tendencias, ya que ahora no se habla de ideologías, ni de estructuras organizacionales de los partidos, pululando más bien, los movimientos o alianzas pegadas con babas.

En estos días se ha escuchado de todo. La prensa y el ciudadano común han expresado su hastío con ciertos nombres, y quieren revisar las propuestas, para orientar y determinar el norte de su voto. Hasta mañana, en el país en general, veremos “tostar granizo”, nos sorprenderemos con las oficiales candidaturas, con los llegados de última hora, y de quienes se quedaron en el olvido de sus propias ambiciones. (O)