Por los caminos de la Dignidad Humana 

Hugo Darquea López

El 10 de agosto de 1809 se inició el proceso libertario de lo que era la Real Audiencia de Quito.   Se definió la motivación central de los hechos que ejecutados en más de veinte años se conocen como  las guerras de la Independencia.  QUITO ciudad LUZ  pionera de la libertad. Así  lo consagra la Historia. 

Lo trascendente es asumir en su plenitud la libertad personal y la realización integral de las comunidades sociales   en el contexto de la Declaración Universal de las Derechos Humanos y los instrumentos que constituyen el  núcleo del Derecho Internacional Público, siendo   el 10 de agosto de 1809, uno de sus preclaros antecedentes con la rúbrica de heroico simbolismo: La Metrópoli reaccionó militarmente y  el 2 de  agosto de 1810 impuso su poder, al punto de asolar al pueblo de Quito con más de 200 muertos entre los que constan  los próceres Quiroga,  Salinas, Ascázubi, Aguilera,  Riofrío entre tantos otros héroes.

Valoremos su legado: Ni la libertad ni la independencia son efectivas sin justicia  e igualdad. 

Hoy, luego de dos siglos de los acontecimientos que recordamos aún vivimos situaciones de  marginalidad y exclusión no porque falten leyes sino porque no se las aplica con probidad.  La corrupción, el crimen organizado, la destrucción ambiental y los neo imperialismos destruyen los cimientos de la vida humana.

Por eso más que nunca debemos tener presente que solamente el TRABAJO nos hace y  nos hará libres. Pretender el bienestar social exige una cuota imprescindible de esfuerza compartido, de entrega y de solidaridad, al punto de lograr que la Dignidad Humana sea el patrimonio intangible de todos. (O)