Intriga, estafas y fe se entrelazan en película ecuatoriana «El Rezador»

Quito (EFE).- Intrigas, mentiras, estafas y una profunda reflexión sobre la necesidad de la fe se entrelazan en la película «El Rezador», una coproducción ecuatoriana, colombiana y española, que esta semana llega a las salas de cine de Ecuador.

Todo comenzó hace una década cuando el cineasta ecuatoriano Tito Jara asistió a una misa de cuerpo presente, oficiada por un «sacerdote» al que nadie conocía y que resultó ser un estafador que se robaba las limosnas.

Poco después, Jara encontró en la prensa una información sobre una niña a la que se le atribuían milagros y que atraía a miles de creyentes cada día en una pequeña población de la costa.

Jara ensambló ambas historias reales y escribió el primer borrador del guion de la película, en la que un precario estafador se aprovecha económicamente de la familia de una niña.

Junto a los padres de la «niña santa», generarán un negocio tan grande y lucrativo que, inevitablemente, se les saldrá de las manos, cuenta Jara a Efe al hablar de la trama del «thriller», de 96 minutos de duración.

REFLEXIÓN SOBRE LA FE

 Más allá de una propuesta original y sarcástica en torno a la afición por las mentiras, la película es para Jara «una reflexión personal sobre la necesidad de la fe y cómo eso se instrumentaliza por ciertas personas para beneficio propio: un beneficio económico inicialmente, pero eso puede llegar a niveles insospechados».

Un fenómeno que no es exclusivo de ninguna sociedad pues «estos avivatos, estos estafadores, están en todo el mundo y no están relacionados con una sola religión, ni solamente con el tema religioso», dice.

«Creo que en cualquier campo de la vida siempre existe alguien que se puede aprovechar de la creencia y de la ilusión», anota el cineasta que no cree en el arte como un vehículo para transmitir mensajes «sino para generar preguntas».

Al escribir la historia, «intenté entender al otro para entenderme a mí mismo», señala quien como resultado del proceso destaca que, en la vida, el «componente emocional es fundamental».

«La fe es necesaria e importante, pero hay gente que se da cuenta de eso y se aprovecha del otro, y eso me parece profundamente inmoral», añade al tiempo de lamentarse de que haya quienes puedan tergiversar la necesidad de fe a límites insospechados.

Por ello, ve imprescindible que se hable de la fe, un tema «que se trata con exagerado respeto» y sobre el que «casi no se habla», por lo que espera que «El Rezador» posibilite ese diálogo.

MEDIO MILLÓN DÓLARES

Estrenada en noviembre pasado en el prestigioso Festival Internacional de Cine de la India (IFFI-GOA, por sus siglas en inglés), la coproducción con Colombia, España y la participación de TVE, se estrenará el próximo 18 de agosto en los cines de Ecuador.

Con una inversión superior a medio millón de dólares provenientes del Ministerio de Cultura de Ecuador, del programa Ibermedia y de empresas privadas, la película es el segundo largometraje dirigido por Jara, después de «A tus espaldas».

La película se terminó de rodar a principios de 2020, unos días antes de que se declare el confinamiento por la covid-19 en Ecuador, por lo que el equipo de España y Colombia tuvo muy poco tiempo para salir del país.

Incluso, el director de fotografía logró salir de Ecuador en el último vuelo que se dirigía hacia España, antes del cierre total del aeropuerto, recuerda Jara como una de las anécdotas del proceso.

DISPONIBLE EN EUROPA

Con la participación de los ecuatorianos Andrés Crespo y Carlos Valencia, la colombiana Emilia Ceballos y la española Lidia Navas, «El Rezador» ya se transmite a través de la cadena internacional HBO, que compró los derechos para el territorio europeo.

La sinopsis oficial de la película narra que la ciudad de Quito amanece en un nuevo «Viernes Santo» y los fieles se preparan para la tradicional procesión en el centro histórico. Mientras tanto, a una vieja casona en restauración llegan dos obreros y encuentran un cadáver desnudo y crucificado.

En las cercanías se encuentra un automóvil estacionado y dentro de este, un hombre con la camisa manchada de sangre que observa la casona con aparente «tranquilidad». Es Antanacio (El Rezador), ese hilo conductor de un filme de suspenso y profunda reflexión. EFE