Unos kilómetros más

José Chalco Salgado josechalcosalgado@gmail.com

            Empezó en un día de sol, ninguna nube estaba presente y tan solo el sonido del río Yanuncay, el esplendor del paisaje, el aroma de los árboles, las plantas y los pajaritos acompañaron.

            No faltó a la cita la inspiración. Ella. Se hizo presente en cada paso, a ritmo lento, luego algo acelerado, pero nuevamente lento. Era recién el comienzo.

            Con esperanza pensaba encontrar -como en efecto fue- la solución para una serie de tempranas molestias de salud que había dejado el duro tiempo de la pandemia y la responsabilidad laboral que con un grupo de brillantes mentes y corazones tuvimos que afrontar. Ahora era tiempo de sanar, reinventarse y reiniciar. Para ese tiempo, los doctores habían prescrito que debía dejar de escribir por al menos dos meses. Es decir, debía dejar de usar mis manos, mis ideas, dejar mi esencia.

            En el camino, como ángeles, llegaron tantas buenas personas, amigos y compañeros que dieron cada consejo, ánimo e inspiración para enamorarse de correr y la belleza de este mundo visto desde el esfuerzo, los pies, la energía, la mirada fija y el sentir cada pulso. Inolvidables. Marcelita, Franklin, Fabián, Byron y Tío Rodrigo. Todos, llevaban consigo la misma magia de entender la paz y armonía de encontrarse con uno mismo y con la naturaleza. De entender que podemos estar para más, para mucho más junto a nuestro esfuerzo y energía.

            Que la vida nos permita seguir enamorándonos de las cosas más bellas y mágicas. Que el tiempo nos alcance para más y para inscribirnos en una nueva carrea. Para todos juntos caminar, salir y volver a correr. Que la magia nos siga convenciendo que tenemos un mundo maravilloso. Que la vida nos permita unos kilómetros más. (O)