Gestión de gobiernos ha marcado el éxito o fracaso de consultas

Con la anunciada por el gobierno, el país sumará 11 consultas popula- res y referendos. En 1978, 1998 y 2008 se usaron para reformar la Constitución. Archivo

La semana que viene el presidente Guillermo Lasso tiene planificado hacer públicas las preguntas de la onceava consulta popular a la que serán sometidos los ecuatorianos, desde el regreso a la democracia. Se ha anticipado que los temas a tratar tienen relación con la seguridad, la institucionalidad y la economía.

En cuanto al uso histórico de las consultas populares y los referendos, Fausto Camacho, experto en temas electorales, señaló que los de 1978, 1997, 2007, 2008 y 2011 coincidieron en que sirvieron para legitimar proyectos políticos o avalar la gestión de un “gobierno prepotente”, pero además se usaron como una salida a la pugna entre los poderes Legislativo y Ejecutivo, esto último encaja con la situación actual, pues, tomando en cuenta la popularidad del presidente Guillermo Lasso difícilmente serviría para avalar su gestión.

Es que la relación entre la aceptación de los mandatarios y los resultados de las consultas populares ha sido directa, las propuestas de Febres Cordero (1986) y Durán Ballén (1995) fueron rechazadas porque la ciudadanía las usó para mostrar su descontento a esos gobiernos; mientras que los resultados positivos de las de Fabián Alarcón, Rafael Correa y Lenín Moreno estuvieron ligados al alto grado de aceptación de la gestión gubernamental.

“Hoy, cuando la valoración social de la gestión del Gobierno y de las instituciones republicanas son bajas y van en deterioro, la consulta popular de iniciativa gubernamental tiene pocas probabilidades de triunfo y de convertirse en una salida válida a la crisis”, anticipó Camacho.

Con esta visión concuerda Leonidas Iza, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE), quien arremetió contra Lasso y le recomendó desechar la idea de realizar la consulta popular, pues no cuenta con el apoyo popular necesarios para preguntar nada y le significarán un gasto innecesario al país.

“El presidente de la República no está en las condiciones ni de legitimidad, ni apoyo del pueblo ecuatoriano para preguntar lo que sea. En ese sentido creo que están gastando recursos, en este caso innecesarios, en esa consulta. No tiene capacidad en este momento, mire la referencia de cuántos le creen”, afirmó el dirigente indígena que lideró el paro nacional del pasado junio.

Popularidad

Según los últimos datos publicados por la encuestadora Click, el 75 % de los ecuatorianos consultados considera que la gestión del presidente Guillermo Lasso es mala y solo el 25 % la califica como positiva.

Estos porcentajes, para Francis Romero, director de Click, es muy probable que se repliquen en los resultados de la consulta popular y termine siendo un fracaso, por lo que es importante que el mecanismo no sea empleado para legitimar la imagen del presidente.

Preguntas son la clave

Aunque la popularidad del presidente le puede jugar en contra al momento de convocar a consulta popular, para el politólogo Francis Romero no todo está dicho, pues la calidad de las preguntas puede significar una victoria para el proceso.

“El presidente tiene una gran oportunidad para presentar preguntas que realmente busquen mejorar la calidad de vida de los ecuatorianos, que haga cambios estructurales a la crítica situación que se vive en los temas políticos, de seguridad, judiciales y legislativos; si lo maneja así, no va a ser necesario que él tenga aceptación para que los ecuatorianos se pronuncien a favor”, afirmó Romero.

Pero el experto ve con preocupación, como ya ha ocurrido con anteriores gobiernos, que el Régimen actual pretenda usar el mecanismo para sumar apoyos, en cuyo caso, lo más seguro es que tendrá un revés. (I)