Violencia sexual digital a niños y adolescentes, un tema urgente que se debe tratar en Ecuador

Los medios digitales se han convertido en un espacio en el que personas se han aprovechado de niños y adolescentes.

El 26 de agosto, un hombre que se desempeñaba como profesor en Santo Domingo fue detenido. La razón: el docente, según la denuncia presentada, acariciaba los brazos, los senos y los cuellos de sus alumnas, y les solicitaba fotos íntimas por WhatsApp.

Los sucesos, que se habían repetido en varias ocasiones, fueron denunciados por las familias que horas después de la detención del profesor se indignaron: un juez lo dejó libre al emitir medidas sustitutivas a la detención preventiva.

La decisión llamó la atención de Human Rights Watch, la organización internacional que publica informes sobre las condiciones de derechos humanos de 90 países, en el que está incluido Ecuador.

Tras el hecho en Santo Domingo, el 2 de septiembre, Human Rights Watch emitió un comunicado en el que, además de evidenciar que en el Ecuador las autoridades escolares no cumplen con los protocolos para denunciar los casos de violencia y abuso sexual, mencionó la “violencia sexual digital”.

“Lo que les ocurre a los y las estudiantes en el espacio digital, como las plataformas de medios sociales, las aplicaciones telefónicas y las aulas en línea, sigue sin denunciarse en gran medida, lo que puede afectar a un número aún mayor de estudiantes que pueden sufrir violencia sexual digital por parte de sus profesores y compañeros”, se escribió en el informe.

Un ejemplo de ello es el mismo caso del profesor de Santo Domingo, quien usaba el WhatsApp para pedir fotografías íntimas a sus estudiantes.

Aunque la violencia sexual digital es un término nuevo, los actos que lo conforman no. En las distintas provincias del Ecuador ya se han registrado casos en los que jóvenes y adultos han usado las redes sociales para exigir fotografías íntimas a niñas y adolescentes.

Basta con ingresar a la página web de la Fiscalía del Ecuador para encontrar múltiples casos relacionados con el acoso y la violencia digital sexual.

Sin ir muy lejos, a más del caso del Mangajo, que usaba las redes sociales para ganarse la confianza de las menores de edad de Cuenca, el el 9 de junio de 2021, un adolescente de 15 años fue detenido en Chordeleg porque, según la presunción de la Fiscalía General del Estado, había descargado y compartido pornografía infantil a través del WhatsApp y Facebook.

¿Qué pasa en Cuenca?

La violencia sexual digital no es un hecho aislado en el ciudad. De acuerdo a las estadísticas que recopila el Consejo de Seguridad Ciudadana (CSC), en Cuenca, de los 2,251 delitos sexuales denunciados entre el 2019 y el primer semestre del 2022, 90 fueron cometidos por redes sociales, páginas web y correos electrónicos.

Las víctimas de todos esos casos fueron niños, niñas y adolescentes, cuyos padres o representantes denunciaron en la Fiscalía del Azuay.

Para Froilán Salinas, director del Consejo de Seguridad Ciudadana, sin embargo, gran parte de lo que sucede no es denunciado porque, o los niños y adolescentes no cuentan lo ocurrido a sus familiares o a sus profesores, o ni tienen a quién contar.

“Si han llegado a tener encuentros físicos o personal, es un tema que no se tiene a mucho detalle. Pero lo que sí nos ha comentado mucho los chicos es el intercambio de imágenes, y luego la comercialización de las mismas. De eso no hay un detalle específico para determinar cuál es el nivel de agresión sexual”, dijo Salinas a diario El Mercurio.

Lo que sí está tratando de responder, por lo menos por parte del CSC, es: qué está pasando entre las familias cuencanas y cuáles son las motivaciones para que ocurran los acosos y las agresiones sexuales, sean físicas o a través de los medios digitales

“Nosotros hablamos mucho de la seguridad, hablamos de los robos, hablamos de los casos de sicariato, pero no hablamos de lo fundamental que es la violencia… En Cuenca hay una condición de violencia intrafamiliar que es invisibilidad y no valorada”, enfatizó Salinas.

Cuenca es parte de la provincia en la que más mujeres de Ecuador declararon hechos de violencia. En Azuay, de acuerdo a la encuesta nacional sobre relaciones familiares y violencia de género, 80, de cada 100 mujeres, han experimentado algún hecho violento en su vida.

Recomendaciones

De lo que está seguro Fabián Íñiguez, miembro del Comité Nacional de Ciberseguridad Tecnológica, es que la desconexión digital de la generación de ahora no se va a dar. Sin embargo, lo que sí se puede hacer es poner límites y hacer un acompañamiento a los niños y adolescentes.

Por ejemplo, desde lado de los padres, estos pueden usar el control parental en los celulares para limitar el acceso a ciertas páginas web. Asimismo se pueden activar los antivirus que alertan a los padres de los sitios visitados.

“Ojo, esto no es para espiar, sino para tener un control. Eso tienen que entender los padres… Y algo fundamental, los padres deben ganarse la confianza de sus hijos para que hablen cuando algo haya sucedido. No solo se debe hablar de los robos, de los peligros en la calle, sino de la violencia digital”, dijo Íñiguez a El Mercurio.

En cambio, para los niños y adolescentes, de acuerdo al especialista en cyber seguridad, las recomendaciones que deben recibir es que no se confíen en las personas que están detrás de las pantallas, que entiendan que son perfiles falsos que llegan con palabras que ellos quieren escuchar, que perciban que pueden contar con su familia para hablar de un tema que cada vez tiene más víctimas. (I)