Vaticano confirma restricciones a obispo y premio Nobel, Belo por abusos a menores

San Pedro
Vista general de la plaza de San Pedro.

El Vaticano confirmó este jueves 29 de septiembre de 2022 que la Congregación de la Fe impuso restricciones disciplinarias ya en 2019, entre ellas la prohibición de contactos con menores, al exobispo de Timor Oriental y Premio Nobel de la Paz en 1996, Carlos Felipe Ximenes Belo, después de las denuncias recibidas por algunos comportamientos.

Fuentes vaticanas confirmaron estas medidas disciplinarias después de que el miércoles 28 de septiembre de 2022 la revista holandesa, De Groene, publicase que sobre el exobispo de Dili pesaban acusaciones de abuso por parte de varios hombres que habrían sido víctimas en los años 90 cuando eran menores.

El obispo había presentado su dimisión como obispo en 2002 cuando sólo tenía 54 años, sin que el Vaticano comunicase los motivos de ello.

«La Congregación para la Doctrina de la Fe se interesó por primera vez en el caso en 2019, y a la luz de las denuncias recibidas sobre el comportamiento del obispo, la Congregación le impuso ciertas restricciones disciplinarias en septiembre de 2020. Estas incluían restricciones a sus movimientos y al ejercicio de su ministerio, una prohibición de contacto voluntario con menores, entrevistas y contacto con Timor Oriental», explicaron desde el Vaticano.

Además, «en noviembre de 2021, estas medidas fueron modificadas y reforzadas. En ambas ocasiones, las medidas fueron aceptadas formalmente por el obispo», agregaron.

Belo ganó el Premio Nobel de la Paz en 1996 junto con el expresidente timorense José Ramos-Horta, quien fue portavoz en el extranjero de la resistencia contra la ocupación indonesia de la independencia de Timor Oriental.

Según el diario holandés, los abusos a menores se produjeron cuando el obispo gozaba de gran notoriedad en el país asiático por su labor a favor de la paz.

Una de las víctimas, de cuarenta años, explicó a «De Groene: «Estaba muy feliz, el obispo Carlos Felipe Ximenes Belo no solo era la cabeza poderosa de la Iglesia Católica Romana en Timor Oriental, sino también un héroe nacional y un faro de esperanza para el pueblo» y que fue incluso pagado para guardar silencio. EFE